CAPITULO VI – LA FRONTERA (ALFREDO DE SANJUAN)

LA FRONTERA 1En todo ese tiempo, Sara que se había enterado de todos los sucesos por la televisión estaba apurada, en ese momento, recordó la plática que tuvo con Emanuel días antes y observándose a sí misma, logró tranquilizarse.

 

Ya había intentado llamar al celular de Emanuel en múltiples ocasiones, ignorando que éste se encontraba con Lázaro, por lo que decidió esperar a que éste le llamara, también había dejado varios mensajes con su secretaria, al llamar a su despacho.

 

Sara no sabía absolutamente nada de Lázaro y estaba interesada en tener información fresca y así de alguna forma, aunque no sabía como, ayudar a Lázaro.

 

Después de una infinidad de estériles intentos, por fin al cabo de las nueve de la noche, Sara por fin logró comunicarse con Emanuel a su celular:

 

  • ¿Hola?

 

  • ¿Emanuel?

 

  • Si, soy yo Sara ¿Qué pasa?

 

  • Estoy como loca tratando de localizarte desde que me enteré de lo de Lázaro ¿Sabes como está?

 

  • Sí Lázaro, esta bien Sara, yo lo acompañé desde que lo detuvieron hasta su traslado al Reclusorio Sur.

 

  • ¿Ya está preso?

 

  • Si, así es, pero no te preocupes, dadas las condiciones que se están viviendo actualmente es lo mejor que le pudo pasar.

 

  • Pero como es posible que digas eso.

 

  • Lázaro no es inocente Sara y tú bien lo sabes, pero es mejor ya no hablar de esto por teléfono, ¿Te veo donde siempre a las diez?

 

  • Está bien Emanuel, allá nos vemos.

 

A la diez, Emanuel y Sara se encontraron en el café donde habitualmente se reunían para platicar.

 

Sara estaba visiblemente consternada y Emanuel, era todo lo contrario, su rostro aunque apacible, no demostraba emoción alguna, era como si fuera invisible, alguien con el que era imposible saber que estado de ánimo tenía, no obstante que a veces esto para la gente era molesto, pues siempre pensaban, o que era muy arrogante o estaba enojado o estaba triste, lo cierto es que era indefinible, puesto que al no reflejar emoción alguna, era lógico que no la tuviera.

 

Sin embargo, al acercarse Sara, una sonrisa llena de bondad se dibujó en el rostro de Emanuel y Sara, quien venía con ánimo de reclamo, solo acertó a sentarse y todos sus reproches, se esfumaron.

 

  • Hola Sara.

 

  • Que tal Emanuel, ¿Qué noticias me tienes de Lázaro?

 

  • Pues bien, como ya sabes los videos en los cuales Lázaro participa, se hicieron públicos y se desató el escándalo que tiene al país en el estado actual.

 

  • ¿Pero que pasó? Platícame.

 

  • Yo logré obtener los videos antes de que fueran transmitidos por la televisión y fui al departamento de Lázaro a mostrárselos y tratar de prevenirlo de las consecuencias que estos pudieran tener, a efecto de tratar de anticiparnos a los eventos, hacer lo correcto y proceder a dar conocimiento a las autoridades de todo y obtener de ellos un trato adecuado.

 

Sin embargo, los eventos se desataron de una forma, en la que me impidieron hacer lo que pensaba, por lo que tuve que convencer a Lázaro de no huir y poder así cambiar la estrategia, el golpe ya había sido dado, lo único que podía hacer por Lázaro, era tratar hasta lo posible de minimizar los efectos. Afortunadamente, el que fue designado como nuevo procurador, es mi amigo y pude hacer algunos arreglos favorables para Lázaro.

 

  • Entonces ¿Ya está en la prisión Lázaro?

 

  • Sí, así es.

 

  • ¿Y no hay nada que puedas hacer para sacarlo?

 

  • Desgraciadamente no Sara, las evidencias en contra de él, son aplastantes. No obstante, conseguí un trato lo más justo posible para él y el compromiso del Procurador de solicitar para él ante el Juez, la pena más baja, lógicamente a cambio de la cooperación completa de Lázaro, a lo que lógicamente accedió.

 

  • ¿Quiere decir que tendrá que purgar una condena?

 

  • Si, Sara tendrá que hacerlo, tomando en cuenta la legislación vigente y la condiciones en que Lázaro cometió el delito, la pena mínima para el delito de que se le acusa y el tratamiento especial que se le dará, con el beneficio que la ley le otorga por su colaboración espontáneamente, estaríamos hablando de que Lázaro tendrá que pasar en prisión, siete años, tiempo que a su vez podría reducirse si Lázaro guarda buen comportamiento y trabaja dentro del reclusorio, a algo así como tres años y medio.

 

  • Estoy sin palabras Emanuel.

 

  • Bueno, de alguna forma y tal como se lo dije a Lázaro en su momento, tal vez es lo mejor que le pudo haber pasado, pues ese evento será clave para su despertar y a su vez para que encuentre en sí mismo, la paz y la libertad verdadera y en ese aspecto Sara, créeme que estaré siempre cerca, preparándolo para cruzar la frontera, siempre y cuando él así lo quiera.

 

  • Pero ¿Cómo puedes decir que es lo mejor que le pudo haber pasado?

 

  • Sara, veo con un cierto dejo de tristeza que aun no puedes comprender muchas cosas de las que hemos platicado ya.

 

Mira, Lázaro ya casi tocó fondo y al estar en prisión, tendrá ahora si tiempo para ocuparse de sí mismo, de ver al mundo y a la vida ya de forma objetiva, sabiendo que aun y cuando su cuerpo físico esté limitado, su libertad psicológica nadie se la podrá ya arrebatar jamás ¿Comprendes ahora?

 

  • Si pero…y yo ¿Qué puedo hacer Emanuel?

 

  • Bueno, has de saber que Lázaro me hizo una confesión, que la esperaba sí, pero no tan pronto.

 

  • ¿Cuál? – preguntó Sara, con un nudo en la garganta y visiblemente emocionada-

 

  • La de que a pesar de todo lo que ha hecho y ha pasado, te sigue amando y que está arrepentido, situación que como te dije ya esperaba, pues donde el amor verdadero y real se presenta, aunque solo sean vislumbres, es muy difícil que desaparezca de la noche a la mañana. Además, me preguntó si te había visto, diciéndole obviamente que sí y si creía que tú le querrías ver, después de todo lo ocurrido, a lo que le contesté que lo único que yo podía hacer era decírtelo, ya que la decisión era tuya.

 

  • ¿Qué hago Emanuel?

 

  • No preguntes nunca a nadie que es lo que debes hacer, examina tu corazón, permaneciendo siempre alerta y no solo obtendrás la respuesta a la pregunta que ahora me haces, sino que obtendrás experiencia y sabrás siempre como actuar ante cada evento de la vida y te puedo asegurar, que sea lo que sea que hagas, siempre será lo correcto.

 

  • Tienes razón, casi toda mi vida me la he pasado pidiéndole a otras personas consejos sobre lo que debo o no debo hacer, en este caso, como dices, debo ser yo quien tome esa decisión, pues solo así podré estar segura de que es lo correcto, sin importar lo que la gente piense o no piense, que les guste o no les guste, deberá ser algo objetivo.

 

  • ¡Vaya! Creo que ni yo te lo hubiera explicado mejor.

 

  • Pues sí Emanuel, sucede que ahora por fin, pude comprender lo que siempre me habías dicho y al hacerlo por consecuencia, lo apliqué y ¿Sabes? Veré a Lázaro y no solo eso, le refrendaré el amor que siento por él y le diré que estoy dispuesta a esperarlo el tiempo que sea necesario y que nada de lo que ha pasado me importa, cualquiera puede cometer errores y como tú dices, en la gran mayoría de los casos es la única forma en la que el ser humano puede aprender.

 

  • Está bien Sara, yo lo veré mañana y le diré que estás dispuesta a hablar con él, lo demás ya corre por tu cuenta y riesgo, yo te aviso ¿Vale?

 

 

  • ¡Ah! Y por favor, vete a esta dirección y no me llames ni salgas hasta que yo te lo diga, hay que tomar medidas preventivas- le dijo Emanuel- dándole un papelito-

 

  • Está bien, se hará como tú me lo pides.

 

Terminando esta conversación Sara, se fue más tranquila al lugar a donde Emanuel le dijo que llegara y Emanuel se encaminó hacia la suya.

 

Sabedor de lo que tendría que superar Lázaro en prisión, solo había que establecer con toda precisión la estrategia para mantenerlo a salvo de aquellos que iban a resultar perjudicados por la información que éste proporcionó a la Procuraduría dio y que lógicamente ponían en riesgo la vida de Lázaro.

 

Emanuel tomó el teléfono y sabedor de que estaba intervenido, solo se limitó a hablar con el encargado del supermercado que estaba cerca de su casa y que abría durante las 24 horas del día, para hacer un pedido y las demás llamadas que realizó fueron brevísimas, a teléfonos privados imposibles de identificar, hablando en clave, para evitar que quienes tenían intervenido el teléfono supieran los pasos que estaba dando Emanuel, diciendo en una de esas llamadas tan solo: – Ave Fénix a punto de cruzar la frontera- colgando enseguida.

 

Al poco rato, arribaron a la casa de Emanuel, tres extrañas personas, vestidas al estilo oriental y con el rostro tapado a la mitad por un velo blanco.

 

Emanuel, les hizo señas indicándole la presencia de cámaras ocultas y micrófonos, ante lo que los misteriosos sujetos, asintieron con la cabeza.

 

Emanuel comenzó la conversación:

 

  • Maulana, es un placer saludarlo – dijo Emanuel, con un profundo respeto-

 

  • Que tal Emanuel, ¿Has estado despierto?

 

  • Lo intento a cada momento Maulana, trabajo en ello.

 

  • Así que el Ave Fénix, ya está por resurgir de las cenizas.

 

  • Todo parece indicarlo así Maulana.

 

  • ¿Estás seguro de que soportará lo que le espera?

 

  • No, Maulana, usted sabe que solo podemos percibir hasta determinado nivel a las personas y que solo su limitado poder de elección puede determinar si están listos o no.

 

  • Es cierto, en este mundo los dormidos tienen un escaso y casi inexistente poder de elección, solo en pocos casos llegan a tener vislumbres de libertad y esos destellos de conciencia pasan por lo regular desapercibidos, pero en esto tú lo sabes bien, la justicia real es la que impera, pero como dijo alguna vez el Gran Maestro Yusuf Hamadani, “este conocimiento no se le puede negar a quien lo merece, pero tampoco se le puede dar a quien no es digno de él” y la dignidad, no es algo material ni exterior, sino que es un estado interior de capacidad receptiva que logra una persona tras recorrer un largo y sinuoso camino lleno de trampas y tentaciones que deben ser salvadas, la dignidad es pues, es algo que se gana, con arduos esfuerzos conscientes, sufrimientos deliberados y que prepara al adepto para recibir información sobre el mundo real.

 

  • Si Maulana, lo sé.

 

  • Si nuestro prospecto estuviera listo ¿Te sentirías capaz de hacerte responsable de él? ¿De asistir el parto? ¿De recibir al recién nacido? Que como todos los recién nacidos, verán a su alrededor un mundo desconocido y llegado el momento, hará muchas preguntas que tú deberás saber contestar correctamente para que no se desvíe en el camino, pues de no hacerlo así, se corre el riesgo de que se pierda y sabedor de las leyes que rigen al universo, sea vencido por la tentación y sucumba ante la fuerza del lado oscuro.

 

Recuerda que no le deberás ofrecer soluciones, sino las herramientas para que el mismo las encuentre, dale el conocimiento necesario para que se convierta en un HOMBRE, para se convierta en un SER responsable de sí mismo, pues solo cuando acepte toda la responsabilidad, es cuando será responsable de lo que ES. – recalcó con énfasis el hombre estas últimas palabras-

 

  • Si, Maulana me siento capaz, además estoy plenamente convencido que lo tengo que hacer, de otra forma me detendría en el camino y es un paso que se tiene que dar tarde o temprano, para poder seguir avanzando es necesario, como usted me lo dijo en alguna ocasión, enseñar todo lo que ha sido adquirido.

 

  • Solo recuerda que la decisión que estás tomando es algo fundamental para que el Bien gane terreno y que lo deberás hacer con prudencia, sobre la base de lo correcto.

 

  • Si Maulana- dijo Emanuel viendo fijamente los ojos del extraño personaje y dirigiendo después la vista a sus dos acompañantes, los que solo acertaron a sonreír de una forma por demás enigmática-

 

  • De cualquier forma, sabes que ante cualquier contingencia que se llegare a presentar podrás contar conmigo y con los hermanos aquí presentes, que estarán siempre cerca de ti para auxiliarte, ese es el motivo de su presencia aquí.

 

  • Si Maulana y lo agradezco.

 

  • Bien, entonces será mejor que me consigas una cita con él y dependiendo de los resultados, te diré si continuas con el proceso.

 

  • De acuerdo Maulana, yo le avisaré cuando será posible llevar a cabo la reunión.

 

  • Por otro lado, en esta empresa tú también deberás permanecer alerta, recuerda que lo que te ha sido dado, en cualquier momento te puede ser arrebatado.

 

El camino es largo y estrecho, no debes desviar tu atención de la meta, no te distraigas con cosas que no valen la pena.

 

Recuerda lo que eres y para que estás aquí, sin olvidar nunca tu origen.

 

Despidiéndose de forma cordial, los tres misteriosos sujetos salieron del departamento de Emanuel, quien al quedarse solo, solo atinó a decir para sí mismo: “Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos.”

 

Quien observó a Emanuel a través de las cámaras y escuchó la conversación, se quedó dormido al notar que según él no estaban tocando temas de interés o relacionados con el asunto de Lázaro y no se percató que los aparatos por alguna razón dejaron de funcionar durante mayor parte del tiempo en que Emanuel conversó con los tres misteriosos hombres, despertando solo con el sonido del radio que tenía al lado:

 

  • ¿Z-4? ¿Z-4? Conteste Z-4

 

  • Aquí Z-4 – contestó amodorrado el agente –

 

  • ¿Alguna novedad Z-4?

 

  • Ninguna nido de pájaro, ninguna, solo tres individuos vestidos como Rajá, que platicaron con el objetivo puras cosas de filosofía, metafísica o alguna de esas tonterías-

 

  • ¿Nada en relación con el Ángel Caído?

 

  • Nada, nido de pájaro, nada.

 

  • ¿Lo grabó todo Z-4?

 

  • Si…- dijo el agente y mirando hacia los aparatos se dio cuenta que no había grabado casi nada, solo el principio- espere nido de pájaro, hubo una falla en los aparatos y solo se grabó el principio…

 

  • ¡Estúpido! Como es posible que no lo haya grabado…

 

  • Pero lo escuché todo y no fue nada importante…- dijo turbado-

 

  • Eso espero, por su propio bien Z-4, eso espero…

 

  • Se lo aseguro señor, no fue nada importante…- mencionó ya nervioso el agente-

 

  • Está bien animal, revise los aparatos y póngalos a funcionar ya…

 

  • Si señor…

 

  • Ya pronto llegará tu relevo, así que lo quiero todo listo

 

  • Si señor, entendido.

 

Mientras tanto Emanuel, se dirigió a su recámara para dormir, ya que al día siguiente se sabría la determinación del Juez, en relación la situación jurídica de Lázaro y tenía que estar temprano en el reclusorio para asistirlo adecuadamente, así como para ponerlo al tanto de sus recientes conversaciones, tanto con Sara como con sus amigos.

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