Los custodios se dirigieron a la celda que provisionalmente le había sido asignada a Lázaro, quienes con gritos estridentes, le llamaron diciéndole que despertara.
Lázaro, que de por sí no había conseguido dormir casi nada, se incorporó de la colchoneta inmunda en la que se había acostado, con un torbellino de ideas en su cabeza, en ese momento recordó las palabras de Emanuel y de alguna manera se sintió reconfortado.
No le importaba tanto su situación, sus ideas giraban en torno Sara, su imagen se hacía presente a cada momento y se preguntaba si Emanuel le había comentado su deseo de verla y si ella querría tener contacto con él, después de todo lo sucedido.
Un poco más tarde, un custodio le llevó un emparedado de queso de puerco y un vaso de plástico que contenía un café con el sabor más espantoso que nunca antes Lázaro hubiera probado en su vida, el pan estaba casi tan duro como el concreto de las paredes de la celda en la que fue encerrado, pero todas las emociones que había tenido Lázaro el día anterior, le generaron tal desgaste de energía, que tanto el emparedado como el café que le llevaron a Lázaro, le supieron a gloria.
Sin embargo, su adicción a la droga, comenzaba ya a provocar estragos en su cuerpo, pues ya habían pasado dos días, sin que Lázaro introdujera en su organismo la fatídica sustancia a la que lo había acostumbrado, las convulsiones y el sudor frío no se hicieron esperar, la tensión muscular y la desesperación hacia presa de su mundo interior; solo atinó a recostarse en el catre y esperar a que llegara Emanuel, recordando lo que le dijo en relación con observarse a sí mismo, con lo que al relajar su musculatura, logró disminuir hasta cierto punto los males que aquejaban a su cuerpo.
En esos momentos, todo lo que ocurría en el exterior parecía transcurrir lentamente, como si el tiempo se hubiera detenido, pudo escuchar sonidos que en condiciones normales no hubiera sido posible escuchar, escudriñó de arriba abajo todos los rincones de su celda hasta que llegó a conocerla a la perfección, una extraña sensación de libertad lo sobrecogió, fue como si todo lo que lo rodeaba estuviera conectado entre sí por lazos invisibles, en lo que lo que veía no podía existir independientemente, en la que cada parte constituía un fragmento de un todo, incluyéndolo por supuesto a él mismo, se sintió por primera vez parte de algo gigantesco y por tanto indefinible e inconcebible para alguien que no lo viviera, tanto que llegó al convencimiento de no necesitar nada.
De pronto, el grito de uno de los carceleros lo sacó de ese mundo bello y lo trajo a la celda de nuevo, lo que seguramente transcurrió solo durante unos segundos, fue para él el tiempo más largo y hermoso que le podría haber ocurrido en la vida.
El custodio lo llamaba para que se preparase, pues tendría la visita de su abogado y de otras dos personas que venían a verlo.
Se escucharon pasos que se acercaban a la celda de Lázaro y después de una breve conversación con el guardián, la puerta se abrió y apareció Emanuel, quien dejaba ver una serenidad extraordinaria, ya que su rostro no reflejaba emoción alguna, solo se podía percibir paz estando cerca de él.
- ¿Qué pasa Emanuel? ¿Por qué no habías venido? Estoy desesperado, me hace falta…
- No te hace falta nada Lázaro, ya lo comprobaste hace un momento, no te hace falta nada, te tienes a ti mismo, deberás ser fuerte…más ahora que hay alguien allá afuera que quiere verte y platicar contigo.
- No me digas que…
- Si Lázaro, accedió a venir y quiere verte, lo que ocurra entre ustedes ahora es de su exclusiva responsabilidad y deberán asumir por completo la responsabilidad de las decisiones que tomen, yo solo hice lo que tenía que hacer.
- Pero veme en que estado me encuentro, ¿Crees que me quiera ver así?
- ¿Por qué no Lázaro? Si estás mejor de lo que estabas antes, ahora comienzas ya a ser libre.
- ¡Libre! Libre de que… Emanuel,
- ¿Ya lo sentiste? Dime la verdad, sé que ya lo sentiste y esa es la libertad a la que me refiero.
- Pues sí, no puedo mentirte, por unos instantes me sentí ajeno al mundo y a la vez sentí que todo estaba conectado entre sí, fue algo muy reconfortante…
- ¿Lo ves? Bueno, ahora la haré pasar… yo esperaré afuera a que terminen.- dijo Emanuel mientras se daba media vuelta para salir de la celda-
- Emanuel, gracias…gracias por todo.
- No hay nada que agradecer, si tú no estuvieras al punto, yo no estaría aquí. Otro favor que te quiero pedir es que platiques con un viejo amigo mío a quien no conoces aún.
- Está bien, Emanuel, lo que tú me digas.
En ese momento, Sara que esperaba afuera de la celda vio salir a Emanuel, quien con una señal de su mano, se acercó para entrar.
Fueron casi dos años sin ver a Emanuel, ¿Qué le diría? ¿Cómo actuar? ¿Qué hacer? Era como comenzar de cero, sin embargo, Sara observándose a sí misma logró obtener la paz y la tranquilidad necesaria para afrontar esa entrevista, después de todo, ninguno de los dos tenía nada que perder.
La puerta de la celda se abrió lentamente y la todavía bella y juvenil figura de Sara, apareció ante los ojos de Emanuel, quien al verla hubiera podido jurar que estaba viendo a un mismísimo ángel bajado del cielo, cuyo encargo era el de apaciguar todas sus penurias, era como agua fresca para un caminante en el desierto, el aroma reconfortante de una flor, la mirada de Sara reflejaba paz y el brillo de su mirada estaba lleno de amor, de un amor inexpresable en palabras, solo perceptible.
La atmósfera de la celda, cambió por completo.
- Hola Lázaro, ¿Cómo estás?
- Como dice Emanuel, creo que necesitaba de esto para abrir lo ojos, a pesar de todo esto, me siento bien, solo me afecta la dependencia de la maldita droga que me metía, pero estoy seguro que lo puedo superar… y tú ¿Cómo estás? ¿Cómo has estado?
- Bien Lázaro, no me puedo quejar, aun no me explico muchas de las cosas que te ocurrieron pero eso ya no importa, lo único que quiero que sepas es que a pesar de todo y hasta de mí misma, te sigo amando y que estaré contigo hasta el final de todo lo que tenga que pasar, esta vez no cometeré el mismo error de antes, permaneceré al pendiente de lo que pase y estaré a tu lado, a menos claro que tú no lo desees así, pero si así fuere, será la última vez que te vea, pues antes que tú y antes que yo misma, está el verdadero significado de mi vida, el cual está por encima de todo y todas las cosas.
- Caray, no sé que decirte, pareciera que estoy escuchando al mismo Emanuel, pero ¿Sabes una cosa? Todo lo que has dicho es cierto y también lo es que yo te sigo amando y si, si deseo que permanezcas a mi lado durante el tiempo que todo esto dure, pues tengo ahora la certeza de que cuando salga, sin importar lo que me pase, seré un hombre nuevo, el infierno que he vivido y el que estoy por vivir, solo me servirán para confirmar que la existencia es realmente bella, cuando se despoja uno de su egoísmo, su vanidad y sus falsas concepciones de la vida, es algo así como si hubiera resucitado de entre los muertos.
- No solo tú Lázaro, no solo tú…y ahora no tenemos otro remedio que esperar a que las cosas sigan su curso y afrontarlas con la mayor serenidad posible y donde quiera que estés, recuerda que te amo y estaré caminando junto a ti en el camino.
- Gracias mi amor y solo te quiero pedir perdón por todo…
- ¿Perdón? ¿De qué Lázaro?, si no sabías lo que hacías ¿De que debo perdonarte? Lo que pasó, pasó y fue de la manera en que tuvo que ser, lo importante ahora es vivir nuestro presente, yo aprendí a cerrar capítulos en mi vida, a soltar a la vida, para que ella a su vez me soltara, nadie sobre el planeta tierra, es malo o bueno de origen, puesto que desconocen donde se encuentra el Verdadero Bien o el Verdadero Mal.
- Tienes razón mi amor, debemos ver hacia delante y ver las cosas como son, sin cortapisas, sin tratar de justificarnos a nosotros mismos, esas son las bases sobre las cuales se deben edificar de ahora en adelante nuestras vidas.
- Así es Lázaro y ahora deberás trabajar intensamente y pase lo que pase, recuerda siempre que la felicidad y la libertad, radican en tu interior, en lo que tú realmente eres y que para ello estaremos ambos atentos de no desviarnos del camino, teniendo siempre presente, que es un sendero que no permite ya retorno alguno, que una vez iniciado solo es posible recorrerlo de forma continua, sin prisa pero sin pausa, como dice Serrat.
- Esta bien Sara, eso es lo único que verdaderamente importa, lo triste de todo esto es que gente como yo, no abra los ojos prontamente, sino que requiera llegar a extremos como los que yo he tocado y que solo así, mediante un extenso y largo sufrimiento, infligido por nosotros mismos, no nos percatemos de lo falso, innecesario e ilusorio de dicho sufrimiento, hasta que la vida por fin hace su trabajo, nos hace tocar fondo, en el cual ya solo nos quedan dos salidas posibles, o morir o levantar la vista hacia el sol, sabedores de que todo lo que ocurrió, es responsabilidad únicamente nuestra y que los eventos de la vida, son solo eso eventos, que suceden y que debemos enfrentar objetivamente, como son y no como quisiéramos que fueran. Pero así es el comienzo, hay, como dice Emanuel, que morir para despertar, y despertar para volver a nacer, por doloroso que resulte el nuevo nacimiento.
Te prometo que haré los máximos esfuerzos para salir lo mejor librado de esta experiencia, actuando alerta ya y con el corazón abierto, me permita salir ileso de todo este huracán de acontecimientos adversos.
- Muy bien, Lázaro, ten por seguro que Emanuel y yo estaremos junto a ti, procurando en todo momento estar vigilantes de todo lo que ocurra. Ya me tengo que ir, pues Emanuel consiguió con el procurador y el Director del reclusorio un permiso especial y además, tengo que decirte que tienes otra visita que solo vendrá a confirmar lo que hemos estado hablando.
- Esta bien Sara, así será.
Sara salió de la celda, con tranquilidad, Emanuel y el misterioso caballero que lo había visitado antes, solo cruzaron miradas asintiendo con la cabeza.
El enigmático personaje, a pesar de que exteriormente aparentaba ser una persona mayor, no se podía establecer con precisión su edad, vestía al estilo árabe, con una levie blanca (túnica), un shirwal (pantalón) y un hatta (pañuelo) en la cabeza del mismo color y sus tradicionales sandalias.
Su aspecto en general, reflejaba paz y serenidad, una tranquilidad que por definirla de alguna manera, podría decirse que era transmisible a simple vista, esto conjugado con un rostro que no reflejaba emoción alguna, en pocas palabras una persona indescifrable e invisible para quienes lo veían.
Emanuel fue el primero en entrar y en platicar con Lázaro:
- Hola Lázaro ¿Cómo te sientes?
- Mejor Emanuel, mucho mejor, sin embargo debo confesarte que ahora que sé que Sara me sigue amando, estoy confuso y me invade una terrible ansiedad, pues sé que pase lo que pase estaré un buen tiempo guardado aquí y francamente también debo decirte que tengo miedo a lo que me enfrentaré en la cárcel. Tú bien sabes que mi cabeza tiene un precio y no dudo por un solo instante que dentro existen personas dispuestas a todo por dinero.
- Lo sé Emanuel, pero eso lo arreglaremos en su momento, de cualquier manera tú ya sabes hasta cierto punto lo esencial para actuar de forma inteligente y resolver las situaciones que se lleguen a presentar, solo deberás ser muy cauto y no hablar en demasía.
- Tienes razón Emanuel, llegado el momento sólo haré lo que tenga que hacer observándome atentamente.
- Así es Lázaro, bueno como tú sabes, con tu confesión muchas cabezas importantes están cayendo como moscas y has afectado intereses de gente encumbrada en los más altos niveles de la política, de la sociedad y hasta de las altas jerarquías religiosas, lo que como tú dices te pone en una situación delicada, pero no imposible de salvar. He llegado a un acuerdo con el Fiscal, con base en él y en nuestra cooperación, le solicitará al Juez la pena menor, con la que por lo menos deberás permanecer en prisión un periodo de tres años y medio.
- Si en algo no puedo desconfiar ya, es en ti, sé que haces lo más posible para que yo salga lo mejor librado de esto y si eso es lo que tiene que pasar, que pase.
- Lázaro, necesitaré que firmes los papeles que nunca quisiste ni siquiera ver, tú sabes que en el testamento de tus padres yo fui designado por ellos como albacea de la sucesión y fuera del legado que instituyeron a mi favor, tú eres el único heredero de todos los bienes de ellos. Como albacea los he administrado y solo requiero que me firmes los papeles en donde aceptas la herencia para que pueda concluir el procedimiento.
- Está bien Emanuel, -dijo Lázaro tomando los papeles y la pluma que Lázaro le dio- los firmaré, pero te quiero pedir otro favor.
- Dime Lázaro.
- Una vez que me hayan sido adjudicados, quiero dos cosas: primero que tú seas el administrador de los mismos hasta que yo salga de prisión y dos que el mismo notario que venga, haga mi testamento.
- Considéralo como un hecho. Bien Lázaro, ahora quiero que conozcas a una persona que desea hablar contigo, él ha sido mi maestro desde hace mucho tiempo ya; tal vez lo recuerdes pues en los tiempos en que tú y yo estábamos por terminar la preparatoria me viste hablando con él fuera de la escuela y me bromeaste diciéndome que si ya me juntaba con Kalimán, ¿Lo recuerdas?
- Sí, claro que lo recuerdo y creo que te pregunté que quien era y solo te limitaste a decirme que era un amigo de tu mamá.
- Pues bien, aquí está, lo haré pasar y te ruego que converses con él.
- Claro que sí Emanuel, creo que si quiero salir del hoyo en el que yo mismo me metí, será vital para mí conocer a tu maestro, ¿Por cierto cuál es su nombre?
- Es el Sheik Mullah Ibn Tamiz, pero sus discípulos solo lo llamamos Maulana, que significa maestro en árabe, si tú quieres lo puedes llamar así.
- Esta bien Emanuel que pase y…gracias por todo.
- Nada hay que agradecer sino a ti mismo. Hasta luego Lázaro, estaremos en permanente contacto.
Habiendo dicho esto, Emanuel salió y con una seña le dio paso al Sheik, quien sin mucha parsimonia entró a donde estaba Lázaro.
- Buenas tardes mi joven amigo.
- Buenas tardes señor, mi nombre es…
- Lo sé, Lázaro, lo sé y percibo que es inútil que yo me presente pues ya debes haber inquirido a Emanuel mi nombre, que al final de las cuentas no tiene la menor importancia.
- Si Maulana, lo sé y por lo que puedo ver el tiempo no ha pasado por usted, desde aquella primera y única vez que lo vi.
- Eso es solo algo relativo hijo, como casi todo lo que vemos y tocamos, pues ya debes tener una noción de la realidad, que como debes saber, algunas de las cosas que no se ven, suelen ser más reales que las que pueden verse.
Ya lo dijo Jesús: “Bienaventurados aquellos que crean sin haber visto, porque de ellos es el Reino de los Cielos”.
- ¿Cómo que cosas Maulana?
- Como tú mismo, lo que eres y para lo que estás aquí, a punto de despertar a esa realidad y a su belleza.
- ¿No importa que haya actuado mal?
- ¿Mal, has dicho? ¿Qué es el mal?
- Lo contrario del Bien. –replicó Lázaro-
- ¿Estás seguro?
- Bueno, eso es lo que pienso.
- ¿Lo que piensas? O ¿Lo que has oído decir y has repetido hasta el cansancio?
- Creo que lo segundo es lo indicado, pero entonces si el mal no es lo contrario del bien ¿Qué es?
- Antes de contestarte esta pregunta, es necesario que sepas que las personas habitualmente se ubican en los opuestos para definir o tratar de definir los significados de las cosas, de los conceptos, de sus actitudes y en general de todo y todas las cosas, sin que en ningún instante se detengan a razonar un poco siquiera de lo que dicen o hacen y las razones del porque actúan de esta manera.
Este movimiento pendular se da a cada segundo de la vida y casi nadie lo observa, es así como es posible entender el porque una persona que se encuentra en un momento determinado en un estado de euforia, horas después está triste, sin motivo aparente alguno, ese es solo un ejemplo, la existencia de las personas es así, con movimientos oscilatorios de un opuesto a otro, lo que le impide ver sus propias contradicciones interiores provocadas por la falta de unidad psicológica y la multiplicidad interior que tiene en su interior.
- ¿Quiere decirme que no existe unidad en uno mismo? ¿Qué somos muchos al mismo tiempo?
- Exacto, pero te explicaré en que consiste esa multiplicidad; se encuentra conformada de miles de entidades psicológicas a que llamaremos “Yoes”, pues cada una de ellas dice “Yo” cuando un evento de la vida sucede y al poco tiempo ya es otro “Yo”, el que actúa, cada “Yo” es una grabación impresa en el cerebro de una persona de todo lo que en la vida ha aprendido y cada “Yo” reacciona de acuerdo con las impresiones que del mundo exterior recibe, similares a aquellas que les dieron origen. Estos “Yoes” forman a su vez lo que se llama “Falsa Personalidad”, falsa por que se encuentra cimentada en concepciones por completo subjetivas de la vida y del universo al cual pertenecemos y por completo carentes de sustento y fundamento lógico-objetivo.
A su vez la mente, o mejor dicho el desempeño de la mente se divide en varios centros que tienen funciones bien específicas, así pues que tenemos un centro intelectual, un centro emocional, un centro motor-instintivo, que si bien son dos, están bastante ligados el uno y el otro, y por último un centro sexual.
En las condiciones que debieran ser normales para todo ser humano, cada centro debería realizar la función que le corresponde, pero en la realidad y gracias a esa conciencia que llamaremos adquirida, la esencia o espíritu, mejor dicho lo que TÚ ERES, al paso de los años pierde por completo el control de la máquina-cuerpo físico y el mundo real desaparece con la aparición paulatina de la conciencia adquirida o falsa personalidad, con lo que el ser humano comienza a vivir en un mundo imaginario y por completo lleno de conexiones equivocadas en su cerebro, que solo quien está en el camino del despertar, puede ir nulificando poco a poco, con base en un trabajo interior de observación de sí intenso, y lo más importante, de sinceridad consigo mismo, de darse cuenta del mundo de ilusión y de mentira en que se ha vivido, para con uno y para con los demás, viviendo siempre con temor y con esperanza de que las condiciones de la vida mejoren, sin que para ello, nosotros hagamos absolutamente nada.
Cuando ocurre que las ilusiones formadas se van poco a poco derrumbando y la gente no encuentra en la vida la tan anhelada felicidad, se empieza a formar en el centro emocional algo que se llama centro magnético, que es el que impulsa al hombre hacia la búsqueda de algo más allá de la vida que pudiera proporcionárselas y comienza el andar del hombre hacia lo esotérico, pero esta palabra la deberás entender en su verdadero sentido, ya que lo oculto no está realmente oculto, solo significa que se encuentra oculto para aquellos ojos que no pueden descifrar ese conocimiento ancestral que contiene las claves para el despertar.
Aquí es donde la búsqueda cobra una mayor y vital importancia, pues el ser humano que se encuentra en ese trance, tiene la difícil labor de encontrar un maestro que le indique el camino, un maestro que haya recorrido el camino antes que él y que haya despertado ya.
Es aquí donde surgen los más grandes problemas en la búsqueda, pues aun y cuando el discípulo en potencia, encuentre al maestro adecuado, falta que éste lo acepte y que el aprendiz acepte las reglas que éste seguramente le impondrá, pues requerirá de una obediencia casi absoluta a las indicaciones del maestro, constituyéndose como el principal obstáculo para su desarrollo interior, ya que existe en el discípulo una resistencia sobre este aspecto, basado en su falso concepto de la libertad.
Ahora, una vez que discípulo y maestro se aceptan mutuamente, comienza el ascenso por la escalera previa al inicio del camino, lugar en el que amigo mío, estás tú ahora bajo la premisa de que la elección de ascender por la escalera, solo a ti te corresponde, en la inteligencia de que ya no hay retorno alguno y que deberás sacrificar lo que siempre te ha acompañado durante tu vida: TU SUFRIMIENTO.
De ahí entonces que lo que la gente se desgasta en decir que es bueno o es malo, no lo es, más bien es lo que de acuerdo con su conciencia adquirida, “les parece bueno o malo”.
Para entender esto tenemos que partir de lo obvio, de que este universo es algo creado, lo que quiere decir por fuerza que el universo y todo lo en él contenido, lo creó algo o alguien, que comúnmente denominamos Dios y si Dios lo creó lo hizo por y para algo.
Veamos el siguiente ejemplo:
Supón que tú eres Dios, para crear el universo forzosamente tendrían que existir tres cosas, una voluntad para crearlo, un pensamiento de como debería ser este y un propósito para crearlo.
Esto nos arroja como consecuencia lógica que tienes conciencia de sí, es decir, sabes que ERES un SER QUE ES CONSCIENTE DE SU PROPIA EXISTENCIA, quien por alguna razón se vio detenido en su movimiento ascendente, entiéndase esto como evolutivo, por lo que requieres de algo que te destrabe en ese movimiento.
Mediante un acto de percepción de sí, te percatas de esa situación y con tu pensamiento, o sea tu inteligencia, comprendida esta como tu capacidad de adaptación hacia ti mismo y hacia tu entorno, generas la voluntad y con ella, el propósito de crear algo que contribuya a que sigas creciendo en ti mismo, a que seas superior a ti mismo.
Ese crecimiento requiere de algo que lo impulse y para ello tienes que realizar un primer movimiento del cual se derivarán forzosamente los demás, como una consecuencia lógica de ese primer movimiento originario.
Ese primer movimiento requerirá necesariamente de una energía primaria que lo impulse, sin lo cual no podría darse y esa energía indiscutiblemente tiene que radicar en ti pues fuera de ti esa energía no existiría.
Partiendo de la premisa de que solo existes en ti mismo y TÚ ERES TODO LO QUE EXISTE; PUES FUERA DE TI NADA EXISTE, de ti mismo tiene que ser creado el universo, siendo por fuerza una disgregación de ti mismo en materia-energía que irá de la más sutil a la más grotesca, siendo parte de ti, pues de ti mismo surgió.
Existiendo ya la voluntad, el pensamiento y el propósito para crear el universo, sabes que lo que estás creando es algo que estás creando para ti, para que te destrabe en tu movimiento, para tu propio y exclusivo beneficio, es decir, para tu BIEN, por lo que entonces tenemos dos cosas: que tú no creaste el universo para beneficio de lo en él contenido y la otra que siendo el BIEN una parte inherente de tu propósito para crearlo, el BIEN será por tanto una constante en el universo creado por ti.
Ahora bien, el universo al ser la consecuencia de un primer movimiento del cual derivan todos los demás, al formar parte de ti, éste y todo lo contenido en él, serán entes inteligentes, pues contienen tu inteligencia, buscarán adaptarse y la única forma de hacerlo es a través de movimientos ascendentes que le permitan ir de lo más grotesco hacia lo más sutil y dentro de ese universo existirán pues SERES (Espíritus o Esencias) que serán la expresión de la inteligencia de ti (o sea de Dios), que buscarán evolucionar, crecer en sí, partículas en menor frecuencia vibratoria que tú (Dios), pero CREADOS A TU IMAGEN Y SEMEJANZA, y por tanto deberán ubicarse dentro de la escala universal, en alguna forma de vida orgánica que haya evolucionado desde el punto de vista biológico lo suficiente para poder entrar en contacto con la creación y lo suficientemente capaces de tener una conciencia de sí primaria, es decir, aquella que les permita darse cuenta de su propia individualidad, de su verdadera condición y ubicación en el universo.
Sin embargo, estas formas de vida orgánica se ubican en lugares muy densos en el universo, en donde no es posible de inicio, entrar en contacto en frecuencia vibratoria con el BIEN como una constante en el universo, que es de una mayor frecuencia vibratoria, lo que nos lleva a la consecuencia lógica de que si el BIEN es lo único que existe, al ser TÚ (Dios) y el BIEN, una sola y misma cosa y el principio de todas las demás, el mal será solo una manifestación de la AUSENCIA DE BIEN, es decir, de falta de contacto con esa frecuencia vibratoria que es el BIEN, por tanto el mal objetivamente hablando nunca podrá existir en algo que como TÚ (Dios), es una UNIDAD, ya que en la UNIDAD, no puede existir la DUALIDAD.
De igual manera, al ser los espíritus partículas desprendidas por ti al momento de la creación, estos también serán una unidad, una semilla que deberá crecer, al igual que TÚ (Dios) lo hizo, con lo que se estaría cumpliendo TU VOLUNTAD (es decir, la Voluntad de Dios).
Eso es lo que desde la más remota antigüedad, las grandes mentes maestras nos han tratado de transmitir, de enseñar, el desarrollo de esa semilla que somos, nuestro propia e individual crecimiento interior, el de nuestra evolución espiritual, pero esta enseñanza solo ha sido comunicada a través de símbolos e imágenes que solo quienes han recorrido ya el camino, puede ser descifrada, pues a pesar de no estar oculta, ante los ojos de alguien que no conoce las claves, estará velada, un ejemplo muy claro lo tenemos en los Evangelios, las enseñanzas de Jesús, en lo dicho por Hermes Trismegisto, por Buda y por otros más que no viene al caso mencionar.
¿Ahora comprendes porque no existe el mal y porque es una impiedad dejar al conocimiento de la muchedumbre un tratado imbuido de Verdad?
Esto y más es lo que deberás aprender y aplicar en ti, convenciéndote que estás de paso y que el tiempo es algo valioso que no deberás desperdiciar en todo aquello que te distraiga de tu meta, que te desvíe del camino que estás por iniciar y es por ello que requerirás paciencia contigo mismo y serle fiel a la vida, la que de ahora en adelante se tornará ya en tu guía y tu maestra.
- ¡Ufffff! Con lo que me acaba de decir, comprendo algunas de las cosas que en su momento me decía Emanuel y otras muchas más de lo que me pasó y me pasa actualmente.
Siempre pensé que me hablaba de una forma muy extraña y hasta me molestaba que lo hiciera, sin embargo, en momentos difíciles siempre, por alguna razón las recordaba y de alguna manera me reconfortaban y me costaba mucho trabajo aceptarlas.
Era algo así como si le concediese la razón, como si una voz interior muy potente me indujera a pensar de ese modo.
- Pues sí mi joven amigo, es por ello que dadas las circunstancias accedí a hablar contigo y determinar si estabas listo para recibir el conocimiento que estás ya a punto de recibir, pues es tiempo ya de que Emanuel lo haga contigo, ya que esto es indispensable para que él pueda continuar con el siguiente paso en el camino, deje a alguien en su lugar, esto es una ley, el maestro requiere tanto del alumno como el alumno necesita del maestro.
- ¿Él será entonces mi maestro?
- Sí, aunque siempre y como es lo correcto, nos mantendremos a la expectativa y prestos a la ayuda cuando esto sea necesario.
- ¿Nos mantendremos? ¿No sólo es usted? ¿Existen más?
- Por fortuna sí, pero de los demás, solo basta que sepas que existen, pues no es conveniente aún que sepas quienes son.
Solo te puedo decir, que estamos dispersos en todo el mundo y que con base en un plan bien determinado, de acuerdo con las circunstancias prevalecientes en la humanidad y a sus particulares condiciones históricas, sociales y culturales, es como se transmite el conocimiento, con la debida cautela, a veces de forma abierta y a veces de forma discreta, dependerá mucho de lo que te comenté antes.
- Comprendo, entonces Maulana, ¿La Verdad y el Bien son lo mismo?
- No, el conocimiento que lleva a la Verdad, no es el Bien, pero la Verdad es el único camino posible para llegar al Bien.
- ¿Cómo distinguir pues a la Verdad?
- La Verdad es aquella en la que ya no existe la confusión, la comprensión de sí mismo y de tu entorno, de lo que te rodea de tus semejantes. Debes saber pues que la comprensión es la fuerza más poderosa que podemos generar en nosotros mismos.
- ¿La comprensión es transformación?
- Así es, sin comprensión no hay transformación, por ello para trasformar tu cuerpo-tiempo, debes trabajar aquí y ahora, ya que cambiar el SER es imposible a menos que cambies interiormente.
- ¿Qué es el cuerpo-tiempo?
- Es tu cuerpo físico, que contiene a su vez lo que eres, es decir, la esencia que se mueve en el tiempo.
Como consecuencia del trabajo interior, harás varios retratos de ti en el tiempo y te percatarás cuan diferentes son los unos de los otros y sabrás entonces con precisión sobre los puntos que deberás trabajar en tu interior, esto claro bajo la estricta supervisión de tu maestro.
Te darás cuenta de los falsos retratos, de la falsa imaginación, la falsa piedad, la falsa bondad, la falsa generosidad, el falso orgullo y todos los demás que surgen cuando nos enfrentamos a las “dificultades” de la vida, que la hacen más complicada de lo que debiera ser.
Deberás sellarte interiormente, construir tu “armadura interior”, lo que los antiguos conocían con el nombre de “sello hermético”, dejar de identificarte con la vida, diciendo al principio “Yo no soy la vida”, para empezar a recordarte a ti mismo.
Percibirás que los sentidos de la inteligencia pura, se esconden tras la muralla del cuerpo, pues lo que te mencioné es todo aquello que no le pertenece a la esencia, el propio cuerpo le es ajeno.
Para ello deberás pagar el precio y pagar el precio no significa otra cosa que aferrarte a la cuerda de la conciencia, elevarte por encima de la máquina, de tu cuerpo físico y de la falsa personalidad.
Ya no deberás preguntarte que hacer, sino que no seguir haciendo y no seguir haciendo es dejar de moverte en la mecanicidad, en el sueño, deberás procurar estar despierto el mayor tiempo posible.
- ¿Maulana, pero como es posible mantenerse despierto, si en la vida existen una cantidad de influencias que nos lo impiden y nos conducen siempre al sueño?
- A través de esfuerzos conscientes, uno de ellos, quizá el más importante al principio es la observación de sí, que constituye una de las facetas del conocimiento, es decir, el aspecto psicológico, pero este aspecto debe ir soportado de otro que es el cosmológico, que te enseñará a concebir un nuevo modelo de universo, un modelo perfectamente congruente con el otro, pues como decían los antiguos “El Hombre se conoce a sí mismo y conoce al mundo”.
El mundo, en sus dos aspectos, el interior o invisible y el exterior o visible.
Esto a su vez te permitirá incrementar tus niveles de conciencia, es decir, tus capacidades de percepción que de ti mismo tienes y a su vez del entorno que te rodea, con lo que el proceso del despertar se irá dando paulatinamente al principio, pues como bien dices, el poder hipnótico de la vida es muy grande y siempre habrá influencias que te pueden conducir de nuevo al sueño, el que deberás combatir con mayor empeño, es el de la imaginación, ya que ésta es por decirlo de algún modo, el cianuro del espíritu, al colocarnos fuera de la realidad.
Este incremento de conciencia ocurrirá por supuesto, en niveles de frecuencia vibratoria de la esencia, pero esto solo puede conseguirse a través de la comprensión y esta a su vez solo podrá darse cuando las funciones intelectual y la emocional moral hayan llegado a un punto en que se fusionen de tal forma que tú tengas la certeza de que sabes y sientes todo simultáneamente en relación con algún evento de la vida, sea este benévolo o adverso, lo que indudablemente te conducirá a una verdad objetiva sobre dicho evento.
Cuando arribes a esa verdad objetiva, nadie te la podrá arrebatar pues te habrás dado cuenta ya que pase lo que pase en la vida, el sentido de la misma será siempre el mismo, es decir, tu evolución interior, verás lo falso e ilusorio del mundo psicológico en el que antes habitabas, que no existen razones lógicas y objetivas para sufrir, entendido el sufrimiento como todo aquello que te arrebate tu paz y tranquilidad interior.
Ya no verás al mundo desde tu subjetivo punto de vista y con base en las grabaciones que te ha impuesto la vida, podrás pensar y sentir por ti mismo, dejarás de considerar internamente, es decir, ya no harás cargos internos ni en contra de la vida ni de las demás personas, considerarás externamente, que significa que recordarás tu origen y tu significado de vida, pase lo que pase, serás por tanto libre, libre interiormente pues no habrá nada de la vida que te pueda mover ya, pues poseerás el arma más poderosa que puede tener cualquier ser humano: LA COMPRENSIÓN.
Esto que te digo, solo es una breve semblanza del conocimiento que te será transmitido y en el cual estás a punto de adentrarte y si te he dicho todo esto, es porque tú has llegado justo al momento de decidir.
- ¿Decidir Maulana? ¿Qué decisión es de la que me habla?
- Alguna vez Emanuel te la debe haber mencionado y cuando te lo diga te sonará conocida: La de cruzar la frontera, mi amigo, cruzarla para ya no volver más a ese mundo de ilusión en el que hasta hoy has vivido.
Esa frontera invisible que distingue al mundo de los “Vivos o Despiertos” del de los “Muertos o Dormidos”, es decir, esa que te llevará a “resucitar de entre los muertos”.
La responsabilidad de tu maestro, será solo la de llevarte a la frontera, de tal forma que la puedas visualizar, la responsabilidad de cruzarla y de seguir el camino es y será solo tuya, pues el maestro nunca se detendrá por ti, sería demasiado costoso hacerlo, te tenderá la mano pero si no te levantas, él no lo hará por ti y continuará con su recorrido.
- Entiendo Maulana, ahora lo entiendo.
- Muy bien Lázaro, por el momento es todo y espero que la decisión que tomes sea la correcta. No nos volveremos a ver en buen tiempo, así que está atento a lo que te diga Emanuel y no olvides leer el librito que te dio, te será de gran utilidad.
- Gracias Maulana, así será, disculpe Maulana, ¿Le puedo hacer una última pregunta?
- Por supuesto.
- ¿Por qué si es usted musulmán, no habla como los demás musulmanes y hasta en ocasiones menciona los Evangelios y a Jesús?
- Mira hijo, en realidad el ser musulmán o cristiano, solo son caras de una de una misma moneda, el conocimiento no tiene religión específica, pero ya que en este mundo es necesario pasar desapercibido, a veces es necesario cubrirse con ciertos velos y uno de ellos lo es el Islam.
El conocimiento para su debida preservación, ha sido cuidado y transmitido por personas que, en lo exterior tienen una religión pero que solo han sido y son “trajes” que son necesario ponerse para transitar por el mundo y por la vida y pasar, como ya te dije, inadvertido.
La vida del cuerpo que habitamos es muy valiosa para el desarrollo interior y un paso necesario, por ello se la protege de las más diversas maneras, ésta es una de ellas. ¿Comprendes ahora?
Me tengo que ir ya, solo recuerda que tú y solo tú eres quien decidirá cruzar o no la frontera, de cualquier modo, si decides hacerlo, estaré vigilante de lo que ocurra contigo y cuando sea necesario te iré a visitar.
- Si Maestro, muchísimas gracias.
Créame que con lo que me dijo, me quedaron claras muchas cosas, en términos coloquiales “me cayeron muchos veintes”.
El Sheik salió de la celda dirigiendo a Emanuel una mirada y con una enigmática sonrisa, solo asintió con la cabeza, Lázaro estaba listo para cruzar la frontera.
Esa noche Lázaro no pudo dormir.
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