Es cierto que este es un tema que pareciera ser uno de los primeros que se brindan en el Cuarto Camino, sin embargo y tomando en consideración que el mismo, debe ser visto como un todo orgánico, en el que cualquiera de las partes que lo integran, debe ser utilizado indistintamente, para que pueda ser llevado a la práctica, he decidido escribir de él el día de hoy, para lograr una mejor comprensión de lo que debe ser el desarrollo de conciencia.
Para dilucidar de forma lógica y objetiva la secuencia con que debe ser tratado este tema, resulta indispensable formularse las siguientes preguntas:
¿Cuántos tipos de conciencia existen?
Atendiendo a las clases de conciencia existentes, ¿Una persona es realmente dueña de sí misma?
La primera pregunta se contesta diciendo, que contrario a lo que el común denominador de la gente piensa, no existe sólo una conciencia, sino tres, a saber: La conciencia adquirida, la conciencia de sí y la conciencia objetiva.
La conciencia adquirida, no es otra cosa que la que una persona tiene del mundo exterior, basada en la serie de enseñanzas impartidas por otras personas, de lo que se debe tomar en cuenta, hacer en el planeta y en la sociedad para ser “feliz” y de lo que resulta contrario a esto último y que conlleva la “infelicidad”.
Este tipo de conocimiento incluye por supuesto, no sólo la educación formal, que se viene a constituir como la “personalidad”, sino también la moral, la religiosa y la social, que de ninguna manera contribuyen al desarrollo interior y espiritual de la persona, al encontrarse sustentada en objetos, sujetos, hechos o eventos que suceden en el mundo exterior y que indefectiblemente condicionan a una persona a sufrir, a llorar, a reír o tener cualquier tipo de emoción, es decir que se crea una “falsa personalidad”, que es manejada por los entes psicológicos identificados como “yoes”, porque cada uno se arroga la calidad de “yo” de acuerdo con las circunstancias para las que fue creado, respondiendo cada uno de ellos al mundo exterior a su antojo, llamémosles, ira, odio, depresión, tristeza, honestidad, vanidad, temor, orgullo, sinceridad, etc., que transforman a una persona en un ser inconsciente, mecánico, simple marioneta de lo que la vida nos presente.
La conciencia de sí, es la que una persona logra al conocerse internamente, saber y sentirse UN ESPÍRITU Y NO EL CUERPO DE UN MAMÍFERO QUE, CURIOSAMENTE SE DICE INTELIGENTE Y HABITA EL PLANETA TIERRA, es tener un solo significado de vida y no los que el mundo y sus mezquinos intereses nos ofrecen. (Mezquino: Pobre, mísero, miserable, raquítico, ruin)
Este significado de vida no es otro que: CRECER Y DESARROLLARSE COMO ESPIRITU.
Esto sólo se consigue por medio de un conocimiento que no es de la vida, sino fuera de ella y esto es precisamente el que proporciona el Cuarto Camino, consistente en la observación de sí, la no identificación, el estado de perdón, el estado de oración, la meditación objetiva, entre otros y es por ello que se dice que es un todo orgánico, no puede concebirse a ninguna de sus partes, sin la otra.
Ahora bien, por lo que hace a la respuesta a la segunda pregunta, resulta evidente QUE NINGUNA PERSONA QUE VIVE CON LA CONCIENCIA ADQUIRIDA, ES DUEÑA DE SÍ MISMA, mientras su felicidad, su paz y su tranquilidad, se sustenten en el mundo y en la vida, en pocas palabras LA VIDA ES AMA Y SEÑORA,Y LAS PERSONAS, SON SOLO SUS ESCLAVOS, pues es ésta la que determina, si ríe, si llora, manejándolas a su antojo, sin que las personas sean realmente dueñas de sí mismas, pues no actúan por voluntad, sino regidos nada más ni nada menos que por sus deseos y sus emociones.
La única forma de ser dueño de sí mismo, es conocerse a sí mismo, reconociéndose como espíritu, teniendo un solo significado de vida, una sola misión, dándole a éste el poder de su VOLUNTAD, convirtiéndose el cuerpo físico sólo en el mayordomo de sus movimientos.
Como una consecuencia lógica de haber logrado el estado de conciencia de sí, se llega por evolución espiritual al tercer estado de conciencia objetiva, que no es otro que el de aquel ser que ha lograd mantenerse en permanente “recuerdo de sí”, es decir, que ya puede percibir al UNIVERSO TAL COMO ES, incluyéndose por supuesto a sí mismo, como parte de una INCONMENSURABLE UNIDAD, es decir, que consiguió traspasar, en nivel vibratorio la primera membrana del ABSOLUTO, PARA SER UNO MISMO CON ÉL Y ÉL CON UNO MISMO, como parte inseparable de Él, es decir, LLEGAR A SER UN REAL HIJO DE DIOS Y CUMPLIR CON SU VOLUNTAD.
Un ser consciente de esta índole Resulta esclarecedor lo escrito en el relato denominado Jesús en el Templo de Heliópolis, al ser sometido a la quinta prueba, la de la Fe.
“Las cadenas que ligan a los hombres a sus cuerpos en la tierra, se forjan en las fraguas de la imaginación; están hechas de aire y son soldadas con el fuego de la ilusión.
Basta al hombre levantarse y hacer uso del poder de la voluntad para que esas cadenas caigan hechas pedazos, cual indignos harapos; porque la voluntad y la fe son más fuertes que las más sólidas cadenas que los hombres han forjado.”
La fe, pero no como una creencia ciega, sino como un convencimiento pleno acerca de algo, mediante la comprobación de los hechos, la fe, pero no en alguien o en algo, la fe en si mismo, esa fortaleza interior que solo se logra mediante esfuerzos conscientes y no mecánicos.
El simbolismo de las “cadenas”, es muy ilustrativo, se refiere a lo que el mundo ofrece y que no son otra cosa más que parte del letargo e hipnosis en el que la humanidad vive, por lo que una vez que el espíritu surge y toma el mando, no son sino ilusiones creadas para que la vida y el mundo exterior nos convierta en sus esclavos.
Un espíritu jamás podrá ser prisionero de nada ni nadie.
Es cuestión de permitirle que brote y que se haga manifiesto.
¿Más ilustraciones de lo anterior? Sólo citaré algunos pasajes bíblicos, donde Jesús dice:
“El que halla su vida la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará”
Mateo, 10:34.
“Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá, y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará” Mateo 16:25.
Es decir, que la vida que se encuentre sustentada en el mundo exterior, no es otra cosa que una ilusión, un sueño y aquel que siguiendo las enseñanzas (bien entendidas, por supuesto) de Jesús la hallará, pues es la vida misma del espíritu.
No quiere decir, que el mundo material que nos rodea no exista, lo que conforman el mundo ilusorio en el que vive el hombre ES LA FALSA CONCEPCIÓN QUE TIENE DE SÍ MISMO Y DEL UNIVERSO, los falsos conceptos en que se haya fundado y son falsos porque carecen de fundamento, el cual es necesario para que existan, pues solo viven en la mente del hombre, en redes neuronales que con el paso del tiempo han sido tejidas en los cerebros humanos, convirtiéndolas en auténticas máquinas de reacción, pero no de acción.
Sin embargo, para muchos podría parecer muy difícil hacerlo, pero la realidad es que el conocimiento del Cuarto Camino, es tan lógico, objetivo, práctico y fácil de aplicar, que es sorprendente, que quien está harto de las adversidades de la vida, pudiera pensar que no es factible de llevar a cabo, situación que no es cierta.
Sirve de refuerzo a lo anterior, lo dicho por Jesús, que interpretado correctamente, nos da la razón:
“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados y yo os haré descansar;
“Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón y hallareis descanso para vuestras almas.”
“Porque mi yugo es fácil y ligera la carga” Mateo 11:28, 29 y 30.
¿O existe otro método lógico y objetivo para evolucionar?
Respetando lo que la gente piense, para mí no.
El espíritu, nunca llora y nunca sufre.
El espíritu es perfecto como su origen lo es.
¿Por qué nos empeñamos en todo lo contrario?
Pues porque no tenemos los soportes necesarios para hacerlo. Porque estamos “Muertos”, “Dormidos” y viviendo en un mundo que no nos pertenece y porque el poder hipnótico de la vida trata a toda costa de que NO DESPERTEMOS DE ESE SUEÑO.
La lucha para llegar a esa conciencia de sí, es larga, pesada y dura, pero es la única que nos permitirá llegar a obtener la Libertad, la Felicidad, la Voluntad y la Fe necesarias, para llegar a ser algún día el soporte de nuestras propias existencias. Este camino, no es el camino del haragán, del perezoso, es el camino del Guerrero, del Guerrero de la Conciencia, es el camino de la liberación, en verdad estrecho, plagado de tentaciones y de esfuerzos constantes para no salir de él, pero visto desde la perspectiva de lo anteriormente experimentado y que no funciona, que es el camino del sueño, de la hipnosis, concluimos que ES EL ÚNICO QUE VALE LA PENA RECORRER, EN OTRAS PALABRAS, YA NO SE TRATA DEL CUARTO CAMINO, ES EL ÚNICO CAMINO.
Y si en la lucha es preciso perder la vida, es preferible morir que perder la VIDA.
Gurdjieff dice al respecto:
“Más vale morir haciendo esfuerzos para despertar, que seguir viviendo en el sueño”
Pero morir, no implica el morir orgánicamente hablando, significa morir a lo adquirido, renunciar a la vida como nuestra ama y señora, sacrificar nuestro sufrimiento, para despertar y una vez despiertos, volver a nacer en un mundo interior nuevo, del cual solo nosotros y nadie más que nosotros, seremos dueños.
No es posible ya que la gente siga hablando y hablando de amor y que enseguida se voltea, no dude en criticar a su prójimo, en agredirlo, en lastimarlo, en tratar de sacar provecho de él. Esto debe cambiar, pero ¿Si nosotros individualmente no cambiamos ni hacemos nada por cambiar, que podemos esperar de nosotros y de la humanidad entera?
¿No será posible que la gente deje de autodestruirse a sí misma?
Pienso que es posible, pero se requiere de sembradores en el camino que, regocijados por existir vayan sembrando la semilla de la conciencia, de su desarrollo y dependiendo del terreno en que ésta vaya cayendo, podrán ir germinando multiplicándose los frutos.
Es ir tejiendo, poco a poco, sin prisa pero sin pausa, una cadena de objetividad, de paz interior y de armonía con el universo, cuyo único objetivo es que los seres humanos logremos pasar a niveles de conciencia superiores que les permitan a todos entrar en contacto con esa frecuencia vibratoria constante en el universo al momento de ser creado, me refiero, por supuesto a cumplir la máxima de Jesús cuando dijo: “Amaos los unos a los otros”, que una vez comprendido en su justa dimensión dice “Sed conscientes los unos con los otros”.
Es por ello, que por vivirlo, por ser mi estilo de vida, digo sin temor a equivocarme que:
El cambio de la Humanidad…empieza conmigo mismo, si ya no critico, no juzgo, no exijo, solo amo y doy ¿Qué puedo esperar en respuesta de quienes me rodean? El egoísmo, el temor y la esperanza se desvanecen, al menos las falsas esperanzas, las falsas expectativas.
Al final de cuentas, algo que debe quedar muy claro es que si bien el camino es único, éste debe ser recorrido de forma individual y se puede recorrer junto a otros que lo hacen, pero es responsabilidad de cada quien, cada paso que se da en el mismo, podrá existir la guía del Maestro, pero a nosotros nos toca recorrer ese camino.
Créanme, llevo un pequeño tramo del camino recorrido y he percibido la bella sensación de comprenderme a mí mismo y puedo afirmar sin temor a dudas, que bien vale la pena el esfuerzo, o ¿No lo creen así?
Desgraciada o afortunadamente existe una Ley ineludible: Solo quienes lo buscan y lo necesitan, pueden cruzar ese umbral…e iniciar el camino.
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