Era un día como cualquier otro, la situación en la que me encontraba no había variado mucho, mi búsqueda por un empleo que me permitiera seguir sobreviviendo continuaba y todas las puertas que había tocado hasta ese momento se encontraban cerradas, los ahorros y fondos disponibles que tenía y lo poco que había ganado dando algunas consultas, estaban llegando a su límite y la condición se empezaba a tornar crítica, pues de no hallar trabajo pronto las deudas con el casero y los compromisos adquiridos con las compañías prestadoras de servicios, empezarían a darme problemas.
En realidad, no me angustiaba mucho esa situación, pues a pesar de tener una profesión, de ser necesario trabajaría de lo que fuera con tal de subvenir mis necesidades prioritarias, como en alguna ocasión y durante este periodo lo había hecho ya, pero indiscutiblemente que con los salarios que pagaban por esos trabajos, no podría cumplir de forma adecuada con todas las obligaciones que como padre, tenía con mis hijos.
En estas cavilaciones andaba, cuando de pronto sonó el teléfono y una de las personas que había contactado me llamó diciéndome que se abría una muy buena posibilidad de ingresar a trabajar en una Institución muy reconocida, en la que antes yo había laborado y que dada mi experiencia en ella, había sido considerada mi propuesta para dicho fin, lo que obviamente me abrió el panorama y como por arte de magia, en un chistar de dedos se acababan todos mis incipientes problemas.
Así las cosas, me presenté con mi amigo y los trámites para mi contratación comenzaron a correr normalmente y como en todo, se presentaron algunas complicaciones que fueron resueltas, no sin antes llegarme a producir cierto grado de ansiedad, pues durante algún tiempo mi contratación fue incierta.
Pero esta no es lo realmente interesante de este relato, pues sabía que de alguna u otra forma los problemas se tendrían que solucionar, sino que fue durante esa época en especial cuando me ocurrió lo que narraré y que por todas las peculiaridades del caso, parecieran hacerlo ser como un hecho extraordinario y que sin embargo, para mí ni lo fue del todo, aunque siempre hubo ciertos detalles que no pude comprender del todo y que aun hoy, a la fecha procuro hacerlo.
Pues bien, fue uno de esos días en los que salí del trabajo y todavía no se definía mi situación laboral y me dirigía a tomar el transporte para mi casa, cuando decidí ir a tomar un café, leer un poco y meditar sobre las posibles soluciones a los problemas que me aquejaban por las razones ya aludidas.
Habiendo llegado ya al restaurante, había mucha gente esperando mesa, por lo que elegí el irme a sentar a la barra de servicio express, pues francamente en esos momentos no deseaba esperar y lo que quería era sentarme tomar mi café y leer el libro que por aquel entonces traía.
Así pues, me senté en la zona de fumadores, en uno de los extremos de la barra, alejándome lo más que pude de una pareja de jóvenes que discutían fervorosamente por una trivialidad provocada por los celos y que francamente me daba mucha flojera, pues la conducta de esas personas solo me indicaba que era lo que no debía hacerse, pues en mi lucha conmigo mismo, pretendía arrancarme de tajo toda esa serie de tonterías adquiridas, que hacen que actuemos mecánicamente, como robots, como auténticos muertos en vida.
En esta serie de razonamientos me encontraba, cuando en el asiento que estaba adjunto al mío, se sentó un caballero de edad madura, que a pesar de los años que muy probablemente pudiera tener, se notaba bien conservado, además de que reflejaba una paz y una serenidad extraordinaria, asunto que no pasó desapercibido para mí y no solo por su semblante sino por una escala vibratoria de muy alta calidad, pues de un tiempo atrás a esa fecha mi sentido de percepción se había desarrollado un poco y podía sentir cosas que antes no sentía y que me permitían conocer de alguna forma el estado de ánimo de las personas que me rodeaban.
Fue así cuando el señor que acabo de mencionar, se dirigió a mí y sin decir su nombre con la mayor naturalidad del mundo y como si me conociera desde hace mucho tiempo me preguntó que cual era el libro que estaba leyendo, pues le parecía que el ya lo había leído y contestándole me volvió a cuestionar, pero esta vez la pregunta fue esta- ¿Así que te molesta la pareja que está sentada cerca de aquí? – sorprendido por la misma, no tuve otra cosa que hacer que asentir con la cabeza, explicándole con una serie de razonamientos, que más que molestarme, pensaba que no era conveniente que desgastara mi energía escuchando diálogos y riñas tan insubstanciales.
Sonriendo, le dio un sorbo a su taza de café y me contestó – Efectivamente, en esencia pudiéramos decir que tienes la razón, pero realmente ¿La tienes? – me volvió a preguntar, en ese momento dudé y traté de poner en orden mis ideas y enseguida me sentí como un tonto, pues ya no encontré una respuesta lógica y objetiva.
Enseguida y volviendo a sonreír, me dijo – tu razonamiento es correcto, pero es solo eso razonamiento y está bien que lo hagas así, es el primer paso hacia la liberación, entiendo cuanto trabajo te ha de costar usar tu cerebro de forma distinta a como estaba acostumbrado, pero en su momento tendrás solo que comprender y sentir y ese esfuerzo que ahora realizas ya no será necesario, recuerda no sólo basta SABER, hay que SER, esas dos líneas deben crecer paralelamente y para vivirlo debes COMPRENDER.
El inicio en el camino no es nada fácil, ni siquiera sabes lo que en él te espera, debes medir tu fuerza, pero también debes recordar que una vez comenzado ya no es factible dar marcha atrás, el precio por hacerlo puede ser muy alto, sé que la vida como tal siempre te presentará prueba tras prueba, la tentación es necesaria para la evolución y eso es fantástico si tu significado de vida lo tienes perfectamente claro, pues cada segundo se convierte en una valiosa oportunidad para crecer, como lo que realmente eres, pero debes permanecer alerta siempre, ser prudente como la serpiente e inocente como la paloma, pues cada paso que des, ya no lo podrás volver a dar, cada error que cometas, no podrá ser resarcido, lo que no hayas observado, no lo podrás volver a observar.
La vida siempre estará presta para “comprarte”, para darte esas fatídicas “treinta monedas de plata”, para sumirte en el sueño con más y con mayor fuerza, y más grave es aun si ya has iniciado el camino, si existe una caída, te costará un esfuerzo mucho mayor, volver a despertar, vigila, permanece alerta ante la presencia constante de los ladrones que todos los días están al acecho, para que lo que te ha sido dado, no te sea arrebatado, no desfallezcas, haz con otros lo que quisieras que hicieran contigo.
Debes saber, que yo al igual que tú, me encontré en la misma situación algún día y es por ello que te comprendo y no solo eso, me congratulo de que te encuentres en la senda, en la búsqueda de la verdad y en la guerra constante contra las falsas cadenas que comprimen al hombre sobre la tierra y lo convierten en su esclavo, pero también es necesario que comprendas que de lo que sientas y vivas con la gente, tú podrás aprender mucho, principalmente deberás aprender a guardar silencio. – Pero…. si no les he dicho nada – repliqué – Lo sé, pero el silencio al que me refiero es de otro tipo, es el silencio interior, evitar que todas esas voces arrogantes te fastidien y te provoquen un sentimiento de aislamiento en relación con todos los que son tus hermanos, pues no importa lo que crean, hagan o digan, lo son, pues todos provenimos de un origen común, lo que debemos hacer es solo comprender que como ellos son, nosotros somos y que tenemos una posibilidad real de desarrollo interior.
Debemos comprender, callar, escuchar y digerir, es decir, llegar al estado de nadidad, que es necesario para poder, ahora sí SER una unidad, un todo perfectamente armónico, en la inteligencia de que cada cual tiene su desarrollo individual y que todos tenemos un mismo destino y eso tú ya lo sabes.
No me preguntes quien soy, pues solo soy lo que soy y estoy para lo que estoy y mi nombre de nada te serviría saberlo, ni el como y porque me acerqué contigo ya que pronto lo sabrás.
Bueno creo, que te he quitado mucho tiempo de tu lectura, fue muy grato hablar contigo me tengo que ir, pero antes quiero dejarte esta carta que ya no necesito y que en mis inicios me fue de gran utilidad, sigue adelante, no desfallezcas y sigue luchando, agudiza tu vista y tu oído….más allá de lo sensual…hasta luego…- y extendiéndome su mano derecha, me entregó un sobre con aquella misteriosa carta… cuando alcé la vista…. ya no lo vi, era como si se hubiera esfumado… no transcurrieron más de dos segundos … y ya no estaba.
Estupefacto y no repuesto aun de la emoción que me produjo aquel hombre, por un momento pensé que estaba soñando… pero no, no era un sueño toda había sido tan real… y el sobre en mi mano lo constataba, este decía en su anverso “ RECUÉRDATE, Aquí y Ahora…tu tiempo está contado”, debo admitir que cierto temor me invadió y dudé abrirlo y leer el contenido de esa misiva, pero al fin y después de recuperar mi paz, lo hice y extraje de él la hoja de papel que contenía…..cual fue mi sorpresa al darme cuenta que la hoja….estaba en blanco.
Quien tenga oídos, oiga.
Deja una respuesta