El ego o personalidad se ubica entre la esencia del hombre y el mundo exterior.
Para los antiguos griegos era la mascara del actor.
El hombre estudia el cosmos y deduce las leyes universales.
Un buscador, se estudia a si mismo y comprende
las mismas leyes cósmicas.
Lo que distingue al hombre de un animal,
es la posibilidad de llegar a ser consciente de su propia existencia y de su lugar en el cosmos.
Han existido un pequeño número de hombres que alcanzaron
un alto grado de conciencia, en forma permanente.
Ellos han escrito la historia.
Un hombre es un cosmos, cuyos tiempos
y percepciones llevan una relación muy definida
con respecto a cosmos más pequeños o mas grandes.