LOS CUATRO CUERPOS DEL HOMBRE. UNA VISIÓN GLOBAL DEL TRABAJO- (Maurice Nicoll)

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Maurice NicollEl Hombre vive en un cuerpo dado por su primer nacimiento, y es capaz de desarrollar otros tres cuerpos compuestos de materias más finas.

 

Hay una frase en el Trabajo que dice que a no ser que un hombre se divida en dos, en un ecuánime observante y en otro observado, nunca podrá salir de donde está. Este es el punto de partida de todo lo demás. Es en realidad el punto de partida de otro cuerpo en el sentido de que, a menos que esta división empiece en el hombre, a menos que pueda llegar a ser el sujeto de su propia observación, no puede desarrollarse en el nada que con el tiempo llegue a controlarlo interiormente y haga que el hombre máquina exterior obedezca. ES DECIR, NO PODRÁ ORGANIZARSE EN ÉL, NINGÚN SEGUNDO CUERPO.

 

Ahora bien, si se percibe esta idea en la forma más sencilla posible, se verá que hasta cierto punto la posesión de un Segundo Cuerpo significa que dicho hombre es diferente de un hombre común. Es diferente porque un hombre común —un hombre máquina— es una función de la vida. Un hombre maquina es manejado por la vida, y por eso en el siempre actúa la vida y la obedece. Es decir, es dirigido desde el exterior y desde su parte más externa. Pero un hombre que ha comenzado a tener algo organizado internamente ya no es tan fácilmente dirigido por la vida exterior y por momentos es controlado desde algo que está dentro de sí mismo. Es decir, a veces obra en dirección invertida.

Todos podemos imaginar que ya obramos en dirección invertida, pero es solo imaginación. Un poco de sincera observación de nosotros nos mostrara que somos en verdad funciones de la vida. Somos manejados por la vida y las circunstancias y no tenemos nada o casi nada lo bastante fuerte como para impedir que nos manejen de ese modo. Es preciso comprender que cada hombre es, desde luego, dirigido por la vida de un modo diferente a los demás. Pero todos los hombres ordinarios, todos los hombres que pertenecen al círculo de la humanidad mecánica, todos los hombres No1, No2 y No3 son dirigidos desde el exterior, aun cuando crean que no lo son. En este sentido, son hombres máquinas. Y esto se debe a que en ellos no se ha desarrollado nada interno capaz de resistir al calidoscopio de la cambiante vida. Nada en ellos es bastante fuerte como para resistir a la vida o para cambiar las reacciones que comúnmente tienen ante ella.

 

Esto quiere decir que ninguno de ellos tiene, hablando psicológicamente, nada organizado en sí para resistir los peculiares efectos mecánicos que la vida ejerce sobre ellos. Es decir, todos trabajan, o más bien, son trabajados, desde el lado de la vida. Son diferentes clases de máquinas que reaccionan o trabajan de diferentes maneras, pero todas impulsadas por el impacto de la vida exterior.

 

El Trabajo enseña al Hombre que puede dejar de ser una maquina por un desarrollo interior de la individualidad, la conciencia y la voluntad —es decir, precisamente de esas cualidades que el hombre mecánico imagina que ya posee—. En un hombre plenamente desarrollado —es decir, un hombre que posee individualidad, conciencia y voluntad— no es la vida ni las cambiantes circunstancias exteriores las que lo dirigen mecánicamente.

Dicho hombre tiene algo organizado en el que puede resistir a la vida, algo desde lo cual puede obrar. En suma, tal hombre puede hacer. Y ELLO SE DEBE A QUE POSEE MÁS CUERPOS QUE AQUEL QUE RECIBIÓ AL NACER.

 

Sobre este particular basta echar una ojeada al Nuevo Testamento. En los Evangelios Cristo dice que a menos que el hombre renazca, no podrá entrar en el Reino de los Cielos.

El nacimiento quiere decir un cuerpo y el Renacimiento un segundo cuerpo.

Renacer es tener un segundo cuerpo.

Sabemos que Cristo estaba transfigurado y apareció a sus discípulos en otro cuerpo. San Pablo se refiere al cuerpo natural y al cuerpo espiritual del Hombre.

Hablando de la resurrección de los muertos dice:

 

«Pero dirá alguno: ¿Como resucitaran los muertos? ¿Con que cuerpo vendrán? Necio, lo que tú siembras no se vivifica, si no muere antes.

Y lo que siembras no es el cuerpo que ha de salir, sino el grano desnudo, ya sea de trigo o de otro grano; pero Dios le da el cuerpo como el quiso, y a cada semilla su propio cuerpo. No toda carne es la misma carne, sino que una carne es la de los hombres, otra carne la de las bestias, otras la de los peces, y otra la de las aves.

Y hay cuerpos celestiales y cuerpos terrenales; pero una es la gloria de los celestiales, y otra la de los terrenales.

Una es la gloria del sol, otra la gloria de la luna, y otra la gloria de las estrellas, pues una estrella es diferente de otra en gloria.

Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitara en incorrupción. Se siembra en deshonra, resucitara en gloria; se siembra en debilidad, resucitara en poder. Se siembra cuerpo animal, resucitara cuerpo espiritual.

Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual.»

(I Corintios, XV, 35-44.)

 

En este pasaje se vislumbran tenuemente dos grandes enseñanzas del Trabajo: una es el Rayo de Creación, al que se nombra aquí como «gloria del sol», «gloria de la luna», etc., y la otra la enseñanza de que el Hombre tiene (o más bien, digamos aquí: “puede tener”) mas cuerpos que el cuerpo físico. Porque Pablo habla del Hombre como si tuviera ya un segundo cuerpo, mientras que Cristo nos enseña que el hombre debe nacer de nuevo.

 

El Trabajo, casi desde su punto de partida, dice que la Esencia en el Hombre no está desarrollada. Define al crecimiento de la Esencia como un cambio en el nivel de Ser: y dice muchas veces que la Personalidad debe ser pasiva para que la Esencia pueda desarrollarse.

Habla en especial de la Falsa Personalidad o «Yo» Imaginario y de la necesidad de observarnos a nosotros mismos a este respecto y de separarnos de ello.

Tiene como finalidad permitir el crecimiento de otra cosa. La Esencia puede desarrollarse. Es allí donde el hombre puede crecer. Y EN RELACIÓN CON EL DESARROLLO DE LA ESENCIA CRECE UN SEGUNDO CUERPO. Pero esto no ocurre mientras la Personalidad es activa y controla la vida interior.

 

LA VIDA ES LA FUERZA NEUTRALIZANTE QUE MANTIENE A LA PERSONALIDAD ACTIVA Y A LA ESENCIA PASIVA.

Solo hay una fuerza que puede cambiar esta relación entre Personalidad y Esencia, una fuerza que provenga del exterior de la vida. Este es el Trabajo, o, en general, las influencias conscientes, QUE PROVIENEN DEL CÍRCULO CONSCIENTE DE LA HUMANIDAD, fuera de la vida mecánica.

Esta nueva disposición es una inversión de la disposición anterior. Tuvo lugar una inversión de signo. Empieza cuando el Trabajo en el hombre se vuelve más fuerte que la vida, y significa que algo organizado se ha producido en el hombre y que esto lo controla. Porque el Trabajo, al provenir de las Influencias Conscientes, puede formar, en un suelo adecuado, un órgano receptor a través del cual el hombre reciba la fuerza, es decir, su «pan de cada día».

Y ya que la Esencia es la parte más real de un hombre y la Personalidad es relativamente irreal, para que este órgano se forme correctamente, debe formarse eventualmente de lo que en el hombre es más real y sincero. No puede formarse en el hombre externo, ni en una Falsa Personalidad.

Muchos pensamientos tienen cabida aquí en lo concerniente a la relación de la Personalidad y la Esencia, y en conexión con la idea de que algo nuevo se forme como resultado de un desarrollo de la Esencia. Por esta razón examinemos otra vez lo que el Trabajo dice sobre la relación de la Personalidad y la Esencia.

Se sabe cuán extraordinaria es la enseñanza del Trabajo sobre la Personalidad y la Esencia.

Dice que la Personalidad debe formarse ante todo correctamente, y, a menos que ocurra así, la Esencia no puede crecer más allá de cierto límite. La Esencia crece un poco y luego la Personalidad debe formarse a su alrededor. Entonces la Esencia puede crecer a expensas de la Personalidad, es decir, haciendo que la Personalidad sea pasiva. De este modo se ve que el Hombre, si se lo entiende correctamente, es una serie de experimentos sobre sí mismo.

UNA PERSONALIDAD MAL FORMADA, EN CONJUNCIÓN CON UNA ESENCIA INFANTIL, ES UN SERIO IMPEDIMENTO PARA UN HOMBRE.

 

La idea es que un hombre debe salir de sí mismo a la vida, y, por así decir, regresar nuevamente, movimiento similar al del hijo prodigo. La vida debe actuar plenamente sobre un hombre antes de que la Esencia pueda crecer más allá de su punto natural. Lo extraordinario es que la gente piensa a menudo que la Esencia puede crecer por sí misma. El Trabajo dice que no puede hacerlo. Puede crecer hasta cierto punto cuando es todavía infantil. Y luego se detiene.

La Personalidad debe entonces formar el alimento potencial, eventual para la Esencia; al formarse la Personalidad llega a ser activa. Un hombre debe aprender todo lo que se refiere a la vida para la cual nació en esta tierra. Después, si tiene un centro magnético, y si lo desea, será capaz de encontrar los medios para que su desarrollada Personalidad se vuelva pasiva por un largo trabajo interior. Al hacerlo así, alimenta a la Esencia, mediante una lucha interior.

DE MODO QUE EL TRABAJO, QUE ES LA EDUCACIÓN CORRECTA, LA SEGUNDA EDUCACIÓN, EMPIEZA POR HACER PASIVA A LA PERSONALIDAD MEDIANTE LA SEPARACIÓN INTERIOR, LA NO IDENTIFICACIÓN, EL RECUERDO DE SI, ETCÉTERA.

 

La formación de un segundo cuerpo se relaciona con el crecimiento de la Esencia, la que es interna respecto de la Personalidad.

El segundo cuerpo no está hecho de la materia que compone la Personalidad, que es por lo general H48, sino de materia planetaria, que es generalmente H24. PERO UN HOMBRE NO PUEDE EMPEZAR DESDE LA ESENCIA. ES PRECISO ENSEÑAR A LA ESENCIA A DESARROLLARSE.

El Trabajo no se inicia en la Esencia. Se inicia, en un hombre que tiene un centro magnético, desde aquellos «Yoes» que desean trabajar en el, y ellos forman el «Mayordomo Delegado». Este es el primer punto que el Trabajo forma en un hombre. Puede disolverse, o puede llegar a ser más fuerte. Esos «Yoes» deben enseñar a la Esencia, es decir, la Personalidad debe, al principio, enseñar a la Esencia. Pero a medida que la Esencia crece —es decir, a medida que el Trabajo se vuelve cada vez más real y esencial en un hombre— el Trabajo del Mayordomo Delegado pasa al del Mayordomo.

El Mayordomo Delegado debe entonces luchar no solo con los «Yoes» equivocados o ignorantes en la

Personalidad, con los hábitos mentales y emocionales equivocados, con la Falsa Personalidad, con el sueño, con la imaginación, con la consideración interna, con la identificación, con la mentira, con las emociones negativas, con la justificación de si, y así sucesivamente, pero también con una Esencia no desarrollada o infantil. PORQUE LA EVOLUCIÓN MISMA DEL HOMBRE DEPENDE DEL DESARROLLO DE SU ESENCIA: Y EL DESARROLLO DE LA ESENCIA SE RELACIONA EN EL CON LA FORMACION DE UN «SEGUNDO CUERPO».

 

*La siguiente conferencia sobre los Cuatro Cuerpos, expuesta hace muchos años por Gurdjieff y anotada por el señor Ouspensky, debe ser considerada como un panorama general. Después se hicieron muchos agregados y modificaciones a la forma original en que fue presentado:

 

Un hombre nace una vez en su cuerpo físico, pero el hombre que vive en su cuerpo físico debe adquirir un segundo cuerpo o cuerpo psicológico. Y cuando lo adquiere ha renacido. Es preciso que todos ustedes comprendan que el hombre no es un mero cuerpo físico. En realidad el hombre mismo es el hombre psicológico que vive en el cuerpo físico. La formación de nuevos cuerpos se refiere al hombre psicológico y no al físico.

Se refiere a los centros psicológicos del Hombre.

La organización de esos centros constituye la base de la formación de nuevos cuerpos que pueden sobrevivir a la muerte del cuerpo físico. Si un hombre está psicológicamente en un caos, luego en el nada está organizado excepto su cuerpo físico. Si un hombre no es sino una masa de contradictorios «Yoes», luego no tiene ningún permanente «Yo».

Pero es preciso advertirles que para comprender este tema hay que hacer frente a muchas dificultades. El conocimiento grande no es fácil de comprender.

Pero les recordare aquí lo que se dijo en la última conferencia, a saber, que si este Trabajo llega a ser real y viviente para un hombre y tan bien organizado que le permite recordarse a sí mismo en la vida cotidiana, y obrar desde el Trabajo y no desde sí mismo, entonces hay en el algo organizado y esto es su Segundo Cuerpo. Más, para que esto tenga lugar, un hombre nunca debe olvidar lo que está haciendo en el Trabajo. Debe, como dijo una vez Gurdjieff, llegar a tal estado que por más que se lo de vuelta y se lo retuerza de un lado para otro, por más que se lo trate mal, nunca olvida el Trabajo, y nunca obra salvo por intermedio del Trabajo.

Todos ustedes saben que este Trabajo tiene como finalidad la creación de algo nuevo en ustedes, de ofrecerles nuevas maneras de encarar las cosas, nuevas maneras de pensar acerca de la vida. Este es el objeto integro del Trabajo. EL OBJETO INTEGRO DEL TRABAJO ES CREAR ALGO NUEVO EN UNO, UN NUEVO HOMBRE EN LUGAR DEL VIEJO HOMBRE. Si se entiende lo que esto significa entonces se comprenderá mejor lo que significa la creación de un Segundo Cuerpo.

 

*En la siguiente disertación habla el señor Ouspensky:

En una reunión del grupo, uno de los presentes pregunto a Gurdjieff: «. ¿Es posible decir que el

Hombre posee la inmortalidad?»

«La inmortalidad es una de las cualidades que atribuimos a la gente sin tener una suficiente comprensión de su significado», dijo Gurdjieff, «Otras cualidades de esta clase son la ‘individualidad’, en el sentido de la unidad interior, un ‘Yo’ permanente e inmutable, ‘conciencia’ y ‘voluntad’.

Todas estas cualidades pueden pertenecer al Hombre (hizo hincapié en la palabra ‘pueden’) pero esto por cierto no significa que le pertenecen en realidad o que pertenecen a cada uno y a todos los hombres.

Con el fin de comprender qué es el Hombre actualmente, es decir en el nivel de desarrollo —es preciso imaginar hasta cierto punto lo que puede ser— es decir, lo que puede lograr.SOLO COMPRENDIENDO LA SECUENCIA CORRECTA DE SU DESARROLLO POSIBLE LA GENTE DEJARA DE ATRIBUIRSE LO QUE, ACTUALMENTE, NO POSEE, Y QUE, QUIZÁS, SOLO PUEDE ADQUIRIR DESPUÉS DE GRANDES ESFUERZOS Y MUCHO TRABAJO.

Según una antigua enseñanza, cuyas huellas pueden ser halladas en muchos sistemas, antiguos y nuevos, un hombre que ha llegado al pleno desarrollo posible, un hombre en el pleno sentido de la palabra, consta de cuatro cuerpos. ESTOS CUATRO CUERPOS ESTÁN COMPUESTOS DE SUSTANCIAS QUE SON CADA VEZ MÁS FINAS, QUE SE INTERPENETRAN MUTUAMENTE LA UNA A LA OTRA Y QUE FORMAN CUATRO ORGANISMOS INDEPENDIENTES, EN RELACIONES DEFINIDAS UNOS CON OTROS PERO CAPACES DE UNA ACCIÓN INDEPENDIENTE.

La razón por la cual es posible que existan cuatro cuerpos es que el organismo humano, es decir, el cuerpo físico, tiene una organización tan compleja que, bajo ciertas condiciones, puede crecer en el un nuevo organismo independiente, proporcionando un instrumento mucho más conveniente y obediente a la actividad de la conciencia que el cuerpo físico.

La conciencia que se manifiesta en este nuevo cuerpo es capaz de gobernar y tener pleno poder y control sobre el cuerpo físico.

En este segundo cuerpo, bajo ciertas condiciones, puede crecer un tercer cuerpo, que tiene nuevamente características propias. La conciencia que se manifiesta en este tercer cuerpo tiene pleno poder y control sobre los primeros dos cuerpos; y el tercer cuerpo posee la posibilidad de adquirir un conocimiento inaccesible ya sea al primero o al segundo cuerpo.

En el tercer cuerpo, bajo ciertas condiciones, puede crecer un cuarto cuerpo, que difiere tanto del tercero como el tercero difiere del segundo y el segundo del primero. La conciencia que se manifiesta en el cuarto cuerpo tiene pleno control sobre los tres primeros cuerpos y sobre sí misma.

Estos cuatro cuerpos se definen de diverso modo en las diferentes enseñanzas. Gurdjieff trazo un diagrama, y dijo: «El primero es el cuerpo físico, en la terminología cristiana el cuerpo ‘carnal’; el segundo, en la terminología cristiana, es el cuerpo ‘natural’; el tercero es el cuerpo ‘espiritual’; y el cuarto, en la terminología del Cristianismo esotérico, el cuerpo ‘divino’.»

 

En la terminología de ciertas enseñanzas orientales el primer cuerpo es el coche (cuerpo), el segundo cuerpo es el caballo (sentimientos, deseos), el tercero el cochero (mente) y el cuarto, el amo («Yo», conciencia, voluntad).

Estas comparaciones y analogías se pueden encontrar en la mayoría de los sistemas y enseñanzas que reconocen en el Hombre algo más que el cuerpo físico. PERO CASI TODAS ESAS DOCTRINAS, SI BIEN REPITEN EN UNA FORMA MÁS O MENOS FAMILIAR LAS DEFINICIONES Y DIVISIONES DE LA ANTIGUA ENSEÑANZA, HAN OLVIDADO U OMITIDO SU RASGO MÁS IMPORTANTE: QUE EL HOMBRE NO HA NACIDO CON LOS CUERPOS MÁS FINOS, Y QUE SOLO PUEDEN SER CULTIVADOS ARTIFICIALMENTE SIEMPRE QUE SE PRODUZCAN EN EL CONDICIONES FAVORABLES, TANTO INTERNAS COMO EXTERNAS.

El «segundo cuerpo» no es un instrumento indispensable para el Hombre. Un hombre puede muy bien vivir sin segundo cuerpo. Su cuerpo físico posee todas las funciones necesarias para la vida.

Esto se aplica aun mas, claro está, al «tercer cuerpo» y al «cuarto cuerpo».

El hombre ordinario no posee esos cuerpos o sus funciones correspondientes. Las razones de que esto ocurra así son: primero, el cuerpo físico trabaja con las mismas sustancias que componen los cuerpos superiores, solo que estas sustancias no están cristalizadas en el, y por eso no le pertenecen; y segundo, todas sus funciones son análogas a las de los cuerpos superiores, aunque difieren naturalmente en forma considerable de ellas.

LA PRINCIPAL DIFERENCIA ENTRE UN HOMBRE QUE POSEE EL CUERPO FÍSICO Y LAS OTRAS FUNCIONES SIN DESARROLLAR, Y UN HOMBRE QUE POSEE LAS FUNCIONES DE LOS CUATRO CUERPOS DESARROLLADAS, ES QUE, EN EL PRIMER CASO, EL CUERPO FÍSICO GOBIERNA TODAS LAS DEMÁS FUNCIONES, EN OTRAS PALABRAS, TODO ESTÁ GOBERNADO POR EL CUERPO QUE, A SU VEZ, ES GOBERNADO POR LAS INFLUENCIAS EXTERNAS DE LA VIDA: TAL HOMBRE ES GOBERNADO POR LA VIDA.

EN EL SEGUNDO CASO, EL COMANDO O CONTROL EMANA DE LOS CUERPOS SUPERIORES Y ASI EL HOMBRE DEJA DE SER GOBERNADO POR LA VIDA EXTERIOR.

 

En relación a las funciones no desarrolladas de un hombre que solo tiene cuerpo físico, el autómata u hombre-máquina depende de las influencias externas, y las tres funciones siguientes dependen del cuerpo físico y de las influencias externas que recibe. Los deseos y las aversiones cambiantes —»Yo quiero», «Yo no quiero», «Me gusta», «No me gusta» es decir, las funciones que deberían ocupar el lugar del segundo cuerpo, dependen de los choques accidentales y de las influencias. El pensamiento, que correspondería a las funciones del tercer cuerpo es un proceso por entero mecánico, y la «voluntad» que está ausente en el hombre mecánico ordinario, solo tiene deseos; y una mayor o menor permanencia de deseos y apetencias que es llamado una “voluntad fuerte” o una “voluntad débil”.

 

En relación con las funciones desarrolladas de los cuatro cuerpos— el trabajo del cuerpo físico depende de las influencias de los otros cuerpos o cuerpos superiores. En lugar de la actividad discordante y a menudo contradictoria de los diferentes deseos, hay un solo «Yo» integro, indivisible y permanente; hay individualidad, que domina al cuerpo físico y a sus deseos y es capaz de vencer su renuencia tanto como su resistencia. En lugar del proceso mecánico del pensamiento hay conciencia. Y hay voluntad, es decir, poder, que no se compone meramente de los diversos deseos, a menudo contradictorios, que pertenecen a los diferentes «Yoes», sino de los deseos que surgen de la conciencia y que están gobernados por la individualidad o por un solo y permanente «Yo».

SOLO UNA VOLUNTAD ASÍ MERECE LLAMARSE «LIBRE», PORQUE ES INDEPENDIENTE DE LO ACCIDENTAL Y NO PUEDE SER ALTERADA NI DIRIGIDA DESDE AFUERA.

 

*Una enseñanza oriental describe las funciones de los cuatro cuerpos, su crecimiento gradual y las condiciones de este crecimiento, de la siguiente manera:

Imaginemos una vasija o crisol lleno de diversos polvos metálicos. Los polvos no tienen relación alguna entre si y cada cambio accidental de la posición del crisol o vasija, cada golpe accidental que recibe, cambia la posición relativa de esos polvos.

Si el crisol es sacudido o se lo golpea con el dedo, entonces el polvo que estaba en la parte superior puede aparecer en el fondo o en el medio, mientras que el que estaba en el fondo puede aparecer en la parte superior. No hay nada permanente en la posición de los polvos y bajo tales condiciones no puede haber nada permanente.

Este es el cuadro exacto de nuestra vida psíquica, que cambia a -cada instante. En cada momento sucesivo las nuevas influencias pueden cambiar la posición del polvo que está en la parte superior y poner en su lugar algo que es absolutamente su opuesto.

La ciencia llama a este estado de los polvos el estado de mezcla mecánica. La característica esencial de la interrelación de los polvos entre sí en esta clase de mezcla es la inestabilidad de esas interrelaciones y su variabilidad.

Es imposible estabilizar la interrelación de los polvos en un estado de mezcla mecánica. Pero los polvos pueden fundirse; la naturaleza de los polvos hace que esto sea posible. Para lograrlo ES PRECISO ENCENDER UNA CLASE ESPECIAL DE FUEGO DEBAJO DEL CRISOL, QUE AL CALENTAR Y DERRETIR LOS POLVOS, FINALMENTE LOS FUNDE.

Fundidos de este modo los polvos ya no serán más una mezcla mecánica sino que estarán- en estado de unión química. Y ahora ya no pueden separarse más por aquellos sencillos métodos que los separaban y los hacían cambiar de lugar cuando estaban en un estado de mezcla mecánica.

El contenido del crisol ha llegado a ser indivisible, «individual», por la fusión. Este es un cuadro de la formación del segundo cuerpo.

El fuego por cuyo medio se logra la fusión es producido por la fricción, la que a su vez, se produce en el hombre por la lucha entre el «si» y el «no» dentro de él. Si un hombre cede a sí mismo en todo momento, si cede a todos sus deseos y estados de ánimo, a sus cambiantes pensamientos, no se producirá una lucha interior en el, no habrá fricción, y de este modo tampoco habrá fuego. Pero si, por el anhelo de llegar a una meta definida, lucha consigo mismo, si lucha con los pensamientos y deseos que se oponen a esa meta, creara un fuego que transformara gradualmente su mundo interior en un todo.

Volvamos a nuestro ejemplo. El compuesto químico que se obtuvo por la fusión de los polvos en el crisol posee ciertas cualidades, comparables a cierta gravedad especifica, a cierta conductibilidad eléctrica, etc. Estas cualidades constituyen las características de las sustancias de que se trata. Pero mediante un trabajo de cierta clase sobre esa sustancia se puede incrementar el número de estas características, es decir, la aleación en fusión llega a tener nuevas propiedades que antes no le pertenecían. Es posible crear en ella cambios interiores, hacerla magnética, hacerla radioactiva.

EL PROCESO DE DOTACIÓN DE NUEVAS PROPIEDADES A LA ALEACIÓN EN FUSIÓN CORRESPONDE AL PROCESO DE LA FORMACIÓN DEL TERCER CUERPO Y A LA ADQUISICIÓN DE UN NUEVO CONOCIMIENTO Y PODERES CON LA AYUDA DEL TERCER CUERPO.

Cuando el tercer cuerpo ha sido formado y ha adquirido todas las propiedades, poderes y conocimiento posible, queda el problema de fijar y dirigir este conocimiento y estos poderes, porque al haber sido impartidos por influencias de cierta clase, pueden ser quitados por las mismas influencias o por otras. Mediante una clase especial de trabajo las propiedades adquiridas pueden llegar a ser la posesión permanente e inalienable del tercer cuerpo. LA FIJACIÓN DE ESTAS PROPIEDADES ADQUIRIDAS CORRESPONDE AL PROCESO DE LA FORMACIÓN DEL CUARTO CUERPO, MEDIANTE EL CUAL TRABAJA EL «AMO».

Solo el hombre que posee cuatro cuerpos plenamente desarrollados puede ser llamado

«hombre» en el pleno sentido de la palabra. Este hombre posee muchas propiedades que el hombre común no posee y una de estas propiedades es la inmortalidad. Todas las religiones y todas las antiguas enseñanzas contienen la idea de que, por la adquisición del cuarto cuerpo divino el Hombre adquiere la inmortalidad; y todas ellas contienen indicaciones sobre la manera de adquirir el cuarto cuerpo, es decir, la inmortalidad.

 

A este respecto, ciertas enseñanzas comparan al Hombre con una casa de cuatro habitaciones.

El hombre vive en una habitación, la más pequeña y humilde de todas y, mientras no se le diga que existen otras, no sospecha que hay otras habitaciones llenas de tesoros. Cuando se entera de ello empieza a buscar las llaves que abren esas habitaciones y en especial la cuarta, la más importante de todas. Cuando un hombre encuentra el camino que lo conduce a esa habitación llega a ser realmente el amo de su casa, porque solo entonces la casa le pertenece, íntegramente y para siempre.

LA CUARTA HABITACIÓN CONFIERE AL HOMBRE LA VERDADERA INMORTALIDAD Y TODAS LAS ENSEÑANZAS RELIGIOSAS SE ESFUERZAN POR ENSEÑARLE EL CAMINO QUE CONDUCE A ELLA.

Hay muchos caminos, unos más cortos, otros más largos, unos más duros y otros más fáciles, pero todos, sin excepción alguna, llevan o luchan por llevar a una dirección, es decir, a la inmortalidad.

 

(extractos de “Comentarios Psicológicos” Maurice Nicoll).
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