LOS NIVELES DE HOMBRE – G. I. GURDJIEFF

publicado en: Cuarto Camino, G.I.Gurdjieff | 0
  • «Todo en el mundo, desde el sistema solar hasta el hombre, y desde el hombre hasta el átomo, se eleva o desciende, evoluciona o degenera, se desarrolla o decae. Pero nada evoluciona mecánicamente. Solamente la degeneración y la destrucción proceden mecánicamente. Lo que no puede evolucionar conscientemente, dekgenera. La ayuda del exterior no es posible sino en la medida en que es apreciada y aceptada, aunque al comienzo sólo lo sea por el sentimiento. El lenguaje que permite la comprensión se basa sobre el conocimiento de la relación del objeto examinado con su posible evolución, sobre el conocimiento de su lugar en la escala evolutiva. Con este fin un gran número de nuestras ideas habituales están divididas de acuerdo a las etapas de esta evolución. Una vez más, tomemos la idea del hombre. En el lenguaje del que hablo, en lugar de la palabra «hombre» se usan siete palabras que son: hombre Nº 1, hombre Nº 2, hombre Nº 3, hombre Nº 4, hombre Nº 5, hombre Nº 6 y hombre Nº 7. Con estas siete ideas, estaremos en
    condiciones de comprendernos cuando hablemos del hombre.
    «El hombre Nº 7 ha llegado al más completo desarrollo que le es posible al hombre, y posee todo lo que el hombre puede poseer, sobre todo la voluntad, la conciencia, un «Yo» permanente e inmutable, la individualidad, la inmortalidad, y muchas otras propiedades que, en
    nuestra ceguera y nuestra ignorancia, nos atribuimos. Sólo podemos comprender hasta cierto grado al hombre N°7 y a sus propiedades, así como a las etapas graduales por las cuales podemos acercarnos a él, es decir, el proceso del desarrollo que nos es posible. El hombre N° 6 sigue de cerca al hombre Nº 7. No difiere de él sino porque algunas de sus propiedades todavía no han llegado a ser permanentes. El hombre Nº5 es también para nosotros un tipo inaccesible de hombre, pues ha alcanzado la unidad. «El hombre Nº 4 es un grado intermedio; hablaré de él más adelante. Los hombres números 1, 2 y 3 constituyen la humanidad mecánica: permanecen en el nivel
    en que han nacido. El hombre Nº 1 tiene el centro de gravedad de su vida psíquica en el centro motor. Es el hombre del cuerpo físico en el cual las funciones del instinto y del movimiento siempre predominan sobre las funciones del sentimiento y del pensar. El hombre Nº 2 está en el mismo nivel de desarrollo, pero el centro de gravedad de su vida psíquica está en el centro emocional; es entonces aquel hombre en quien las funciones emocionales predominan sobre todas las otras, es el hombre del sentimiento, el hombre
    emocional. El hombre Nº 3 también está en el mismo nivel de desarrollo, pero el centro de gravedad de
    su vida psíquica se encuentra en el centro intelectual, en otras palabras es un hombre en quien las funciones intelectuales predominan sobre las funciones emocionales, instintivas y
    motrices; es el hombre racional, que tiene una teoría para todo lo que hace, que parte siempre
    de consideraciones mentales. Cada hombre nace como hombre Nº 1, Nº 2 o Nº 3. El hombre Nº 4 no nace como tal. Nace como 1, 2 ó 3, y no llega a ser 4 sino como consecuencia de esfuerzos de carácter muy definido. El hombre Nº 4 es siempre producto de un trabajo de escuela. No puede nacer como tal, ni desarrollarse accidentalmente; las
    influencias ordinarias de la educación, de la cultura, etc., no pueden producir un hombre Nº 4. Su nivel es superior al del hombre Nº 1, 2 ó 3; tiene un centro de gravedad permanente que
    está hecho de sus ideas, de su apreciación del trabajo y de su relación a la escuela. Además, sus centros psíquicos ya han comenzado a equilibrarse; en él, un centro ya no puede tener preponderancia sobre los otros, como es el caso de los hombres de las tres primeras categorías. El hombre Nº 4 ya comienza a conocerse, comienza a saber hacia dónde va. «El hombre Nº 5 ya es el producto de una cristalización; ya no puede cambiar continuamente
    como el hombre Nº 1, 2 y 3. Pero se debe tener en cuenta que el hombre Nº 5 puede ser tanto el resultado de un trabajo justo como el resultado de un trabajo equivocado. Puede haber
    llegado a ser Nº 5 después de haber sido N° 4, y puede haber llegado a ser Nº 5 sin haber sido Nº 4. En este caso, no podrá seguir desarrollándose, no podrá llegar a ser Nº 6 y Nº 7. Para llegar a ser Nº 6, primero tendrá que volver a fundir completamente su esencia ya cristalizada, tendrá que perder intencionalmente su ser de hombre Nº 5. Pero esto no puede llevarse a cabo sino a través de sufrimientos terribles. Felizmente, tales casos de desarrollo equivocado son muy poco frecuentes.

La división del hombre en siete categorías permite darse cuenta de miles de particularidades que no pueden ser comprendidas de otra manera. Esta división es una primera aplicación al hombre del concepto de la relatividad. Cosas aparentemente idénticas pueden ser completamente diferentes, según la categoría de hombres de donde realmente surgen, o en
función de la cual se las encara».

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Psicóloga - Psicoterapeuta

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