Ni me exalta el amor ni me deprime el odio, porque todas las cosas me
parecen naturales. La vida para mí es un sueño en continuo cambio
y cuando separo mi yo real del falso, conozco todas las cosas, y sin
embargo, estoy lejos de ellas; así me elevo por encima de todos los
cambios de la vida.
Me es indiferente que me ensalcen, encumbrándome de la tierra a
los cielos, o que me critiquen, precipitándome de las alturas a las
profundidades de la tierra. Para mí la vida es un mar en perpetuo
movimiento en el cual las olas del favor y de la desgracia se elevan y
caen constantemente.