SUEÑO Y DESPERTAR… MÁS QUE UNA METÁFORA – CUARTO CAMINO

publicado en: Cuarto Camino, Influencias B | 0

Aún no pierdo la capacidad de asombrarme de cuán parecidos son el estado de sueño físico y el estado de sueño-vigilia, del cual habla el esoterismo; al igual que la comparación del conocimiento con el alimento.

Creo que de lo más ingenuo que he visto, es que se le diga por escrito a un dormido que despierte. La palabra escrita no puede despertar a nadie; tal vez un buen grito o una sacudida logre el propósito, pero se requiere que el dormido y el despertador estén frente a frente. Pero además, si resulta que al dormido le encantan los gritos, y las sacudidas no hacen más que arrullarlo, pues se deja en evidencia que el dormido sólo desea una cosa: dormir; y el «despertador» deja clara su falta de perspicacia y sensibilidad para darse cuenta de ello.

Por otro lado, mientras el durmiente hace lo propio, puede ser que perciba «hambre», y he ahí una posibilidad para el despertar. Un dormido no puede comer (influencia C), pero si puede percibir el aroma de la comida (influencia B), y si resulta que está hambriento, ese es el punto donde se puede estimular hacia el despertar. Pero seamos claros… hasta que el dormido no deje su lecho y busque la fuente de ese delicioso aroma que lo ha estimulado a levantarse, casi sonámbulo, nada puede hacerse por él. De hecho, al preparar nuestro propio alimento, por añadidura, se produce el aroma… de ninguna manera el propósito de preparar alimento espiritual es el de antojar a otros… No! que desperdició sería! además, cruel !… Imaginemos que simplemente, de alguna manera, reproducimos el olor de un banquete para el espíritu que alguien más preparó para si mismo; luego alguien que dormía profundamente logró percibir a través de nosotros ese olor; y por tal motivo se levanta y se nos acerca para pedirnos un poco de comida… pero resulta que no tenemos nada de comer… sólo imitamos el olor, o tenemos sólo fotos del alimento que alguien más preparó; el que dormía ha dejado su cómoda posición en busca de nutrirse, pero no lo ha obtenido. Recuerdo unas palabras del libro de Jesús en el templo de Heliopolis, en el capítulo sobre el Amor Divino donde dice: «no podía comer, ni dormir»… a eso se refiere… uno de los peores estados en el que se puede encontrar alguien, es el de no poder alimentar su espíritu, ni tampoco dormir tan plácidamente como antes…

…en verdad, creo que no dejaré de sorprenderme nunca de estas similitudes…

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